jueves, 4 de octubre de 2007

Písala, que te está llamando hijoputa.

Este blog ya no da más de si. No me apetece escribir, y no voy a escribir nada, así que no tiene sentido dejarlo abierto, dando coletazos, como, y perdón por la redundancia, la cola recién arrancada de una lagartija...


Paquillo, un amigo de la infancia que de mayor quería ser Felix Rodriguez de la Fuente, siempre me decía que cuando le arrancabas la cola a una lagartija y se quedaba ahí moviéndose desquiciada (la cola, no la lagartija, que la lagartija tomaba las de Villadiego en cuanto pisaba tierra) es que te estaba llamando hijoputa. "Písala, que te está llamando hijoputa", me decía. Y yo le contestaba, "te lo estará llamando a ti, que eres el que se la ha arrancado". Y es que Paquillo siempre le estaba arrancando las colas a las lagartijas. Yo no. Bastante tenía con intentar comprender por qué a la lagartija le crecía de nuevo la cola, y a la cola no le crecía de nuevo una lagartija.


Misterios de la naturaleza.


Muchas gracias a todos los que os habéis pasado por aquí en todo este tiempo. Espero que leyendo mis entradas (las del blog, que en la cabeza peino canas, pero peino) lo hayáis pasado cuando menos la mitad de bien que yo escribiéndolas.


Para mis lectores más fieles, esos que me han estado sacando los colores estos días pasados pidiéndome que no abandonase, les dejo un enlace a mi antiguo y ruinoso blog. Para que puedan seguir leyendo mis gilipolleces durante una temporada (aviso: la empresa Demoliciones Viuda de Añejo e hijos va a comenzar a derribarlo en breve) y... bueno, quizás viendo que el otro blog lo cerré como una media docena de veces, regresando siempre con el rabo entre las piernas (perdón, de nuevo, por la redundancia)... viendo, decía, que esto de cerrar blogs es una especie de vicio adquirido como consecuencia de algún trauma infantil (Paquillo, además de con las lagartijas, podía ser muy cruel con sus amigos) tal vez tengan la esperanza de que algún día de estos vuelva, y en un arrebato de frenesí esperanzador se olviden de enfadarse conmigo.


Señoras... señores... sin más dilaciones... sean felices en su matrimonio, aunque su marido sea el mismo demonio.




A.L.C.P. de V.B.,

Carlos Añejo, un náufrago en una palangana.



P.S. Lunes me pide que os diga que busca náufrago, con o sin palangana, para montar un blog (a ser posible sin paréntesis ni puntos suspensivos)...