publicado originalmente el 29 de marzo de 2006 en Pandemónium
Yo lo tengo muy claro: a esta vida hemos venido a sufrir.
Y es que no somos más que baterías recargables al servicio de unos seres etéreos que viven con nosotros o, más bien, de nosotros. Nuestro sufrimiento es su energía.
A estos seres etéreos que se alimentan de nuestro sufrimiento se les conoce como la raza Linternux.
Cada uno de nosotros es la batería de uno de esos seres etéreos. Un ser etéreo, un hombre. El mío se llama Arcox, pero yo despectivamente le llamo Ascox.
¡¡Ascox, cabrón, chupóptero de mierda!!.
Cuando nacemos somos una batería que comienza el proceso inicial de recarga. El proceso inicial de recarga suele durar hasta nuestra más temprana adolescencia, momento en el que los Linternux comienzan a utilizar sus malas artes para que suframos y ellos tengan su energía de cada día. Hay niños que ya en la guardería terminan el proceso inicial de recarga y comienzan a sufrir. Y hay niños que ya nacen recargados y su sufrimiento es innato.
¡¡Linternux, cabrones, dejad a los niños en paz!!.
Cuando los Linternux consumen toda nuestro sufrimiento el proceso de recarga comienza de nuevo. Es lo que llamamos épocas de dicha. Nos sentimos bien, felices, contentos, la vida es bella, que bonito es el amor, y toda esa mierda. Pero el sufrimiento está creciendo de nuevo en nuestro interior, imparable. Cuando la recarga se haya completado los Linternux comenzarán a sacar ese sufrimiento para alimentarse. Y sufriremos como cabrones. Es nuestro destino.
¡¡Linternux, explotadores, liberadnos o matadnos!!.
Este proceso de carga-descarga se produce continuamente a lo largo de nuestra vida. Lo malo es que los procesos de recarga, esos momentos en los que somos felices, son fugaces; mientras que los de descarga, en los que padecemos todos los males y sufrimientos con los que los Linternux se alimentan, son lentos y dolorosos. El Linternux no es glotón, pero si incansable en su alimentación. No duerme. No descansa. No fornica. Sólo come.
Que hijaputa que es la vida, y que hijoputas los Linternux.