miércoles, 30 de junio de 2010

(01001101)



Para ver pasar el tiempo... por las azoteas de la Gran Vía, por ejemplo



La Victoria alada del Edificio Metrópolis vista desde las azoteas de la Gran Vía

sábado, 26 de junio de 2010

Las barbas de tu vecino


Decidió, tras mucho meditarlo, sacrificar al peón para evitar el jaque mate. Pero cuando lo cogió para moverlo, éste le mordió el dedo índice. El jugador apartó asustado la mano, y se quedó mirando a su pequeño peón negro. El peón le miró desafiante, y le gritó ¡No! Y todos sus compañeros peones le siguieron en su grito ¡No! Al unísono. ¡No! Altivos. ¡NO!

Al otro lado del tablero, al rey blanco le recorrió un escalofrío por la espalda. 




lunes, 21 de junio de 2010

Grandes frases de la historia del cine (VII)








Estamos en una misión de Dios


Jake Blues en The Blues Brothers
(aka Granujas a todo ritmo)














Aunque supongo que el bueno de Jake abandonará de vez en cuando el Cielo para darse una vuelta por el Infierno y participar, por qué no, en alguna jam session de esas que se marcan los rockeros muertos en el Club 27, el  más famoso de todos los tugurios que abren sus puertas por ahí abajo.


martes, 15 de junio de 2010

Noé

Y Noé, tras inventar el vino, inventó el periódico y la tapa. Y le dijo a sus hijos: Id a jugar un rato con el arca, y dejad a vuestro padre en paz.



jueves, 10 de junio de 2010

¡El poder, la verdad!


Mi ausencia estos días está justificada. He tenido que esconderme. Que ocultarme. Que desaparecer. El motivo: el miedo.

Bueno, mejor dicho, el pánico.

Más bien terror.

Como muchos de vosotros habréis visto en los medios, el Club Bilderberg ha estado estos días en España. Con motivo de la reunión anual que hacemos para solucionar (más bien crear) los problemas del mundo, han dicho. 

No señores. Mis lectores más antiguos saben perfectamente la verdad. Saben la auténtica razón de su estancia en España. Saben que ellos vienen por mí. A matarme.

Pero ni me han encontrado, ni me encontrarán. Estoy escondido como una comadreja. Agazapado como un hurón. Inmóvil como un lagarto. Y hambriento como un oso cavernario recién llegada la primavera.

Estoy en un lugar secreto, más secreto que su club; un lugar seguro, más seguro que su dinero.

Eso sí, bajo mínimos. En las condiciones más precarias. 


Ahora mismo, por ejemplo, para escribir esta entrada estoy conectado con el viejo Spectrum 48K que guardo en el trastero; utilizando como antena un bote de pringles que me dejé olvidado un día que subí a ordenar el trastero, y como monitor mi vieja tele portátil LCD Citizen de 2,2 pulgadas, comprada en Andorra hace 20 años y que guardo en el trastero.

Es en color. Y tiene UHF.

Estoy hambriento, y hace frío, pero tengo a mano un par de cajas con ropa de invierno. Tengo ropa de abrigo, y puedo comer polillas. Y unas cuantas migas de pringles.

Por cierto, no recordaba que a mi álbum de Mazinger Z le faltase el cromo nº 74.

Ni recuerdo cuando demonios he estudiado yo dBase III.

Tampoco recuerdo de dónde ha salido una Nintendo 64 sin mandos.

Pero bueno, todo eso no importa. Lo importante es que estoy en un lugar tan secreto que nunca me encontrarán.

Os dejo, que tengo que bajar al piso a echar una meada. 

Será mejor que suba un orinal.

Sí, será lo mej... ¡Coño, aquí está el cromo 74!


Si sabía yo que este lo había puesto en un marco.