Anoche vinieron los Beatles a cenar a casa. Los cuatro. Lennon y Harrison estaban como cuando murieron. A McCartney y a Ringo les vi viejos. Muy viejos.
Noté que McCartney miraba a Lennon con envidia.
- Te veo estupendo, John.
- Paul, tío, estoy muerto.
- Ya, ya, pero…
Les dije que se aceptaban peticiones para la cena.
- A mí ponme una fabada con mucho pan – me dijo Lennon.
- ¿Te vale una de bote, John?
- ¿Litoral?
- Por supuesto. Aquí nunca faltan.
- ¡Hecho!
Ringo quería un filete con patatas.
- No me pongas patatas paja, me dijo levantando un dedo. Odio las gilipolleces.
Le miré con cara de por favor, aquí somos serios.
Harrison me pidió un prasadam.
- George, no me jodas. Ni siquiera sé lo que es…
- Bueno, vale, pues unos huevos fritos con chorizo.
- Tío, a mí ponme también un chorizo con el filete, dijo Ringo mientras se encendía un cigarro.
- Ok. ¿Y tú, Paul?
- ¿Sería mucho pedir paella?
- Tienes suerte. Precisamente he hecho una esta tarde.
Mentí. Le puse una precocinada del Mercadona, y el tío no se dio ni cuenta. La devoró con avidez.
- Y sangría. Mucha sangría.
- Oye, y ponme también un huevo frito con el filete, añadió Ringo.
Durante la cena hablamos animadamente. De todo, menos de música. A John se le veía alegre, y Ringo contaba chistes sin parar. Harrison no dejó de reprocharle que siempre contaba los mismos, pero se reía con ganas con cada chiste. McCartney le preguntó a Lennon varias veces, con cierto tono de suspicacia, si iba a venir Yoko.
- Tío, que te he dicho que no, que ya no estamos juntos.
- Vale, vale…
Cuando terminamos les puse unos cafés y una botella de ginebra, y les dije que si querían subir a la azotea a tomarlo tranquilamente, que no se cortasen.
Les dejé solos, para que hablasen de sus cosas, y me fui al dormitorio a llamar a Dominga.
- ¿Hola, qué haces?
- Estoy cenando. Tengo invitados.
- Yo también, a los Beatles.
- Yo tengo a los Who.
- ¿Está Keith Moon?
- Sí, están todos.
- ¡Corre, cierra el baño con llave!
- No te preocupes. Le he requisado todos los petardos al entrar.
- No te fíes…
- No te preocupes. ¿Qué vas a hacer mañana?
- Nada especial.
- ¿Cenamos?
- Vale, pero tú y yo solos.
- Por supuesto. Tú y yo solos.
Sobre mi cabeza comenzó a sonar la armónica del Love me Do.
Para Dominga, que lo armoniza todo con sus disonancias.
7 mensajes en la botella:
Oye, y todo esto en un perfecto inglés con acento de Liverpool...
La modestia aparte se supone y aun asi te lo "has montado bien, que uay!!!
Feliz Otoño, Añejo!!
Qué post, más bueno y no lo digo precisamente por el menú.
¡Hola!
Yo estoy aunque no diga nada. Es que no ando muy fina y no sé qué decir, pero leo atentamente como siempre :)
Feliz otoño también para ti, Anónimo.
¿Tiene algo en contra de un menú tan rico y sano, Anhónima?
Ya sé que estás ahí, rogue. Y afílate.
¡Joé, qué nivel!
:)
No, Joe (lease llou) no estaba, Irre.
De hecho, no me suena a mí que hubiese un Joe (release llou) en los Beatles (lease bitels)
Publicar un comentario