jueves, 17 de septiembre de 2009

Cactus Interruptus


A Gaspar Garrote su mujer le ha regalado un pequeño cactus. Dice que ha leído por ahí que si lo pone junto al monitor, el cactus chupará las radiaciones que éste emite, librándole de toda posibilidad de quedarse estéril o, lo que es peor, medio gilipollas. Y aunque a Gaspar Garrote lo que lea su mujer en las revistas que le pasa la imbécil de su hermana le parecen gilipolleces y, además, lo de quedarse estéril después de tener cuatro hijos se la trae floja, con todo lo de redundante que tiene que la esterilidad se la traiga floja, ha decidido, qué cojones, poner el cactus junto al monitor de la oficina. Por si acaso. Que lo de terminar medio gilipollas no tiene ni puta gracia.

Lo que Gaspar Garrote no sabe es que cuando abandona su puesto de trabajo, para ir a mear, a tomar café a la máquina, o simplemente a recrearse con el siempre visible escote de la secretaria, el cactus se dedica a visitar, desde su puesto y a escondidas, páginas de cactus en pelotas. Hay miles en la red, por cierto. De todos los gustos, colores, y púas.

Y claro, como los del departamento de redes, que todo lo monitorizan y todo lo ven, no saben tener la boca cerrada, que es que además todo lo cuentan los muy hijos de puta, ahora Gaspar Garrote se ha encontrado, de la noche a la mañana y sin saber por qué, con que la mitad de los compañeros le evitan, y la otra mitad se descojona de él a sus espaldas. Y él, pobre ignorante de las aficiones de su cactus, no entiende nada.

Aunque lo que le está quitando el sueño (y posiblemente esté dejando medio gilipollas) es que ese tío tan raro que trabaja en el Departamento de Riesgos le guiñe ahora el ojo con aire de complicidad cada vez que se cruzan.

Y es que, joder, todo el mundo sabe que ese tío es un puto enfermo.


11 mensajes en la botella:

Irreverens dijo...

¡jajajajajaja! ¡La Rebelión de los Cactus!

Eso le pasa por incrédulo. Que es que las cosas hay que hacerlas estando uno convencido.

David dijo...

pues que el Garrote vigile... me acuerdo yo cuando yo tenia trabajo... y se puso de moda los jodios bambus... no hay nada mejor que poner el palo del bambu justo en la zona esquinera de la mesa...para interceptar a los posibles consultantes

Wen dijo...

Una táctica razonable sería comprarle al cactus una novia, ligerita de pinchos y por contra colocar al que peor le caiga de la oficina, un nabo detrás de la pantalla... esperar dos o tres días..... y ver si el de Riesgos tiene lo que hace falta para guiñarle el ojo al otro tb. ( Si es que sí ,es que es el más indicado para el departamento, sin duda )

Anhónima dijo...

Y… usted.
¿Tiene usted un cactus junto al monitor? ¡Ay, que me pincho!

Muy chulo el cuento, tiene de todo: amor, sexo, espionaje, humor, palabrotas…
“Floja”, ¿cuenta como palabrota?

¡Buen finde!

Trasto dijo...

"En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira,
Todo es segun del color del cristal con que se mira

R. de Campoamor"

La mujer de Garrote ve al cactus como una prolongación de si misma. Como Garrote se niega a poner en su mesa una foto de ella enmarcada, le regala un cactus, para que la tenga presente en sus oraciones.

Los del departamento de redes, ademas de cotillas, son unos intolerantes con los vicios ajenos. ¡A ver si por tener espinas uno no puede tener vicios!

Y el de RR.HH. sólo ve lo que... digamos lo que es la forma del cactus... totalmente ajeno a las espinas.

Que se cuide Don Garrote de la fauna que le rodea...
De todos ellos, el mejor es el cactus.

Besos

tootels dijo...

ja ja ja ja ... qué crack! está claro que entre la foto de su mujer y la hermana en bañador en la playa de Peñiscola con el chiringo atrás, y una maceta de un cactus, prefiere esta al cuadro de cardos.
Son más verdes y quizás sin regarlos se mantienen no como las otras.
Pero lo de visitar páginas a escondidas, me parto la caja!!

Carlos Añejo dijo...

Pues yo todas las mañanas me voy muy poco convencido a trabajar, Irre.

Bambú Consultus Interruptus.

Eres cruel, Wen.

Yo tengo un soldado de Naboo , Anhónima. Y no, Floja no cuenta como palabrota.

Sin lugar a dudas, Trasto. El cactus no ataca, sólo se defiende.

Yo creo que Garrote se quedaría con el chiringuito, Tootels, y que le den a los cardos y cactus.

Irreverens dijo...

Pues no pongas un cactus en tu vida, Náufrago.

Zitrone dijo...

Un cuento buenísimo. Me ha gustado mucho, además, el juego de palabras del título...
Besicos de limón

Wen dijo...

Cruel?, yo?, jos...

Carlos Añejo dijo...

A mí es que me tiran más los cocoteros, Irre.

Gracias, Alice. Besicos.

Cruel, Wen, como un cactus con un cartel de "Abrazos gratis".