sábado, 6 de octubre de 2012

Love me Do de sobremesa

Anoche vinieron los Beatles a cenar a casa. Los cuatro. Lennon y Harrison estaban como cuando murieron. A McCartney y a Ringo les vi viejos. Muy viejos.


Noté que McCartney miraba a Lennon con envidia.


- Te veo estupendo, John.

- Paul, tío, estoy muerto.

- Ya, ya, pero…


Les dije que se aceptaban peticiones para la cena.


- A mí ponme una fabada con mucho pan – me dijo Lennon.

- ¿Te vale una de bote, John?

- ¿Litoral?

- Por supuesto. Aquí nunca faltan.

- ¡Hecho!


Ringo quería un filete con patatas.


- No me pongas patatas paja, me dijo levantando un dedo. Odio las gilipolleces.


Le miré con cara de por favor, aquí somos serios.


Harrison me pidió un prasadam.


- George, no me jodas. Ni siquiera sé lo que es…

- Bueno, vale, pues unos huevos fritos con chorizo.

- Tío, a mí ponme también un chorizo con el filete, dijo Ringo mientras se encendía un cigarro.

- Ok. ¿Y tú, Paul?

- ¿Sería mucho pedir paella?

- Tienes suerte. Precisamente he hecho una esta tarde.


Mentí. Le puse una precocinada del Mercadona, y el tío no se dio ni cuenta. La devoró con avidez.


- Y sangría. Mucha sangría.

- Oye, y ponme también un huevo frito con el filete, añadió Ringo.


Durante la cena hablamos animadamente. De todo, menos de música. A John se le veía alegre, y Ringo contaba chistes sin parar. Harrison no dejó de reprocharle que siempre contaba los mismos, pero se reía con ganas con cada chiste. McCartney le preguntó a Lennon varias veces, con cierto tono de suspicacia, si iba a venir Yoko.


- Tío, que te he dicho que no, que ya no estamos juntos.

- Vale, vale…


Cuando terminamos les puse unos cafés y una botella de ginebra, y les dije que si querían subir a la azotea a tomarlo tranquilamente, que no se cortasen. 

Les dejé solos, para que hablasen de sus cosas, y me fui al dormitorio a llamar a Dominga.


- ¿Hola, qué haces?

- Estoy cenando. Tengo invitados.

- Yo también, a los Beatles.

- Yo tengo a los Who.

- ¿Está Keith Moon?

- Sí, están todos.

- ¡Corre, cierra el baño con llave!

- No te preocupes. Le he requisado todos los petardos al entrar.

- No te fíes…

- No te preocupes. ¿Qué vas a hacer mañana?

- Nada especial.

- ¿Cenamos?

- Vale, pero tú y yo solos.

- Por supuesto. Tú y yo solos.


Sobre mi cabeza comenzó a sonar la armónica del Love me Do.




Para Dominga, que lo armoniza todo con sus disonancias.

7 mensajes en la botella:

Carlos Añejo dijo...

Oye, y todo esto en un perfecto inglés con acento de Liverpool...

Anónimo dijo...

La modestia aparte se supone y aun asi te lo "has montado bien, que uay!!!

Feliz Otoño, Añejo!!

Anhónima dijo...


Qué post, más bueno y no lo digo precisamente por el menú.

¡Hola!

rogue dijo...

Yo estoy aunque no diga nada. Es que no ando muy fina y no sé qué decir, pero leo atentamente como siempre :)

Carlos Añejo dijo...

Feliz otoño también para ti, Anónimo.

¿Tiene algo en contra de un menú tan rico y sano, Anhónima?

Ya sé que estás ahí, rogue. Y afílate.

Irreverens dijo...

¡Joé, qué nivel!
:)

Carlos Añejo dijo...

No, Joe (lease llou) no estaba, Irre.

De hecho, no me suena a mí que hubiese un Joe (release llou) en los Beatles (lease bitels)