martes, 23 de diciembre de 2008

Island on the sun

Llega el momento del descanso. Se acaba el 2008, y con él se van la Semana Santa del 2008, el verano del 2008, la Eurocopa del 2008, las Olimpiadas del 2008, el Rock in Rio del 2008 (en Madrid), el 17 de febrero del 2008, las doce y cuarto de la mañana del 3 de octubre del 2008, los 50 euros que le dejaste a ese amigo del que ya nadie sabe nada...

Me voy a tomar unas vacaciones. Las de navidad, que son las que tocan.

Feliz navidad, y próspero año nuevo a todos.

Si es que soy un clásico.

Os dejo con los Weezer, acompañando a las vistas que se ven desde mi Isla Palangana. Y, por cierto, el vídeo original de la canción me demuestra, una vez más, que todavía hay esperanza; que los monos y nosotros, los humanos, podemos vivir en paz, sin miedo a que ninguno de los dos domine el planeta.





Sed felices en compañía de los vuestros, incluido el puto mono. Hip, hip.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Blogs de papel


Los adictos al olor de libro nuevo (que los hay, y muchos) ya pueden disfrutar de los olores del papel y la tinta de Blogs de papel.

Y este libro, ya os lo digo yo, tiene un aroma especial.

Y poco más que decir, porque tras recibir la buena nueva por parte de mis editores (siempre he querido decir esta frase, "mis editores"... ¡cómo molo!) me he quedado sin palabras.

Así que os remito a las palabras de los artífices de este proyecto, aquellos chalados con sus locos proyectos. Nadie mejor que ellos para describirlo.


sábado, 13 de diciembre de 2008

Esos pequeños secretos familiares

Todos hemos hecho locuras en la vida. Nuestros padres, por más que nos sorprenda, también.

Los míos tuvieron una época de delincuencia. A pequeña escala, eso sí. Se dedicaban a robar las cucharillas de los aviones. Lo sé porque tienen la prueba del delito en casa. Iberia, USAir, KLM, Lufhansa, Continental Airlines... Siempre que tomo café con ellos pienso "joder,  soy el hijo de Bonnie and Clyde".

Ahora, mis padres ya no caminan por el lado salvaje de la vida. Ya no roban cucharillas. Aunque, en honor de la verdad, hay que decir que su abandono del siempre oscuro mundo de la delincuencia fue más por una cuestión de cambio en la política de las compañías aéreas que por una reinserción en la sociedad al más puro estilo del ilustrísimo juez Don Emilio Calatayud. Y es que,  ¿quién demonios quiere robar las insulsas cucharillas de plástico que hoy en día dan en los aviones?.  Mis padres no.

Aunque hoy me he llevado una desagradable sorpresa. Hoy, que he desayunado en casa de mis padres, me he encontrado con una nueva cucharilla en su colección. Debe ser de una compañía de bajo coste, por su feo color, y por el nombre que lleva inscrito: Alpaca. Pero eso es lo de menos, da igual que sea de una gran compañía, que de una pequeña compañía familiar fundada por una tal Francisca, más campechana ella que Amancio Ortega. Lo que importa es que han recaído.

Y mucho me temo que han vuelto a lo grande, porque también hay un tenedor y una cuchara sopera.


martes, 2 de diciembre de 2008

El Diccionario de Bolsillo Roto de Pandemónium (III)

Boomerang, m. Arma arrojadiza que va y viene, y por el camino se entretiene. Un boomerang es una responsabilidad muy grande, es para toda la vida. Uno no puede deshacerse de él, a no ser que esté defectuoso, pero en ese caso deja de ser boomerang y pasa a denominarse palo.

Melopeatr coloq. Frase popular que se le dice al dependiente o dependienta de un comercio cuando se quiere envolver un regalo con pedos o, como dicen los educados, con ventosidades.

Xenón, m.  Gas noble venido a menos como consecuencia de las mofas que se trae el populacho por la similitud que hay entre su noble nombre y cierto apéndice del cuerpo femenino.


Es la primera vez, y espero que la última, que a una teta le llamo apéndice.

publicado originalmente en Pandemónium

lunes, 1 de diciembre de 2008

Bolsillo guarda recuerdos

Finalmente los japos estaban ahí, vigilantes, y han decidido que lo mejor para evitar el cruel ataque de los dinamiteros era desmantelarme y llevarme a otro río, uno de tranquilas aguas verdes.

Ahora mismo estoy en proceso de desmantelamiento. Numerando todas las piezas. La uno, la dos, la dos B, le pongo una A a la dos, la tres... Perdonad un momento.

Eh, eh, eh... cuidado con esa ménsula, que era de mi abuelo... ¡coño!

¿Por dónde iba?...

El viernes fue mi último día sobre el río Kwai. Después de tanto tiempo mis pilares estaban ya oxidados, y mis barandas habían perdido el lustre. Y, aunque necesitaba un cambio como agua de mayo, lo cierto es que me ha dado pena abandonar ese río. Por los pescadores, más que nada.

Una pescadora, de hermosos ojos verdes tomatera, me hizo un regalo antes de irme. Es un regalo con multitud de cosas, entre ellas un bolsillo guarda recuedos. Así lo pone en la etiqueta,  con bolsillo guarda recuerdos. ¿No les parece hermoso?.

En la foto el Capilano Suspensión Bridge, un colega de Vancouver. Buen tío, pero un poco colgao.