sábado, 27 de junio de 2009

El náufrago bicentenario


Con motivo de la celebración del segundo bicentenario de la independencia de los Estados Unidos de America a Isaac Asimov, que es clavado a mi colega el Increíble Chulk pero con patillas, le encargaron escribir un cuento a partir del título "El hombre bicentenario". Y Asimov escribió el cuento del robot que quería ser humano. Cuento del que luego un tal Chris Columbus, que lo mismo es pariente del tío que descubrio el continente donde se aloja el país ese que cumplía 200 años, hizo una película que a mí personalmente, y por culpa de Robin Williams, me pareció que duraba 250 años, 50 años menos que la de I.A., que se me hizo soporificamente eterna. Llegué a odiar al niño ese que, antes de ser un robot coñazo, veía muertos (aunque sólo fuese en ocasiones).

Hoy Diario de un náufrago en una palangana cumple 200 entradas o, lo que es lo mismo, 2 años, 6 meses, y 22 días; y espero que a mis lectores no les haya parecido que han pasado 2.622 años. A mí, que hoy por hoy me siento viejo y usado (que no utilizado), sí me lo parece.

Es el momento de tomarse unas vacaciones. Nos veremos de nuevo, Kubrick mediante, una vez pasados los días de canícula. Mientras tanto, podéis disfrutar de estos abrasadores días de perros observando esta foto de una fábrica de náufragos en construcción.





viernes, 12 de junio de 2009

La Clandestina abandona los pañales


No sé vosotros, pero yo cuando voy a las fiestas del barrio, de cualquier barrio, y me encuentro una caseta llena de banderas republicanas, con una pancarta que reza "Caseta Anticrisis" (con una estrella roja en el centro) y debajo, entrecomillado, el texto "La crisis que la paguen los ricos, no los trabajadores", y descubro que en la del PP los minis de cerveza están más baratos, pues como que me da por pensar que este país se está yendo a tomar por culo; y que, como le ha pasado a otros países que se han ido a tomar por culo antes que este, en este país sobran palabras, y faltan hechos.

Pero bueno, no hablemos de política en este blog.

Un comercial me dijo un día que un buen comercial es aquel que no habla nunca con los clientes ni de política, ni de fútbol, ni de religión. Recuerdo que el tío era socialista, del Betis, y católico.

Sí, efectivamente, era un mal comercial.

Hablemos de música, que es de lo que parece que va este blog en estos últimos posts antes de las vacaciones veraniegas.

Puede parecer imposible, pero me he dado cuenta que me encantan Los Imposibles.  Algunas de sus canciones en castellano suenan mucho a Brincos, que es el mejor grupo que ha dado este país. Después de los Pekenikes, claro.






Los Imposibles son del barrio de Malasaña, como la librería La Clandestina.

El sábado hay fiesta de cumpleaños en La Clandestina, esa pequeña librería  que tanto nos gusta a los blogueros (y que tanto nos mima, dicho sea de paso). La Clandestina cumple un año. Parece que fue ayer cuando abrió su puerta (sólo tiene una) pero no, ya ha pasado un año.

Desde Diario de un náufrago en una palangana queremos mandar nuestras más sinceras felicitaciones a los clandestinos policarbonados.

Felicidades, chicos. No dejéis tirados los pañales por ahí.



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sábado, 6 de junio de 2009

We need you for ukulele army


Son todo un ejercito. Youtube es su cuartel. El ukelele su armamento. Y, a pesar de que sus caras irradian paz interior y felicidad suprema (éxtasis en algunos casos), no te confíes: quieren conquistar el planeta.





Son buenos, pero que el rubiales esté jugando a la Gameboy mientras su
compañera se lo curra con el ukelele me parece una falta de respeto total.





A esto me refería yo con lo de paz interior en la cara.





Sí, parece muy dulce, pero cuando comience la batalla
sacará el soldado que hay en su interior.
[
danielle ate the sandwich]





La brigada ligera de maniobras por el Norte de España.





Treinta días en el calabozo. Acaba de salir.





Este es de los cuerpos especiales. Marine, boina verde, o pañuelo azul... no sé.





Atenta la compañía, el General...

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