martes, 31 de julio de 2007

Sobreviviendo al C.B.


Pensé que desapareciendo del panorama una temporada el Club Bilderberg se olvidaría de mí y no intentaría hacer efectivas sus amenazas de acabar con mi vida.

Pero me equivoqué.

En esta temporada vacacional han intentado acabar conmigo haciendo uso de sus más viles malas artes. Primero lo intentaron saboteando mis sandalias, chanclas, cholas y demás calzado veraniego. Pero lo que los mercenarios del C.B. no parecían saber es que hacen falta más que unas simples rozaduras para hacer mella en un par de pies del 45.

Del número 45, no del año.

Así que decidieron probar salando una de chopitos hasta extremos inaceptables por cuerpo humano alguno, y envenenando la bebida con la que se pretendía acompañar dicha ración de tan suculento manjar.

Nuevo error de cálculo por parte de los listillos del C.B.: envenenaron el agua sin tener en cuenta que yo el agua ni probarla, que los peces fornican en ella, y se olvidaron de envenenar la cerveza, el tinto de verano, y la sangría.

Ante este nuevo y ya desesperante fracaso (desesperante para ellos, por supuesto) el C.B. mando a uno de sus agentes alados para atentar contra mi vida, y todo ello con nocturnidad y alevosía. Pero más sabe el náufrago por precavido que por náufrago, y el ataque de este malvado agente kamikaze me pilló con un ojo abierto y el otro también por lo que su caida en picado termino contra el colchón en lugar de contra este cuerpo serrano que les escribe.





Al agente del C.B. le tuvieron que recoger del suelo, y a mi del techo. Que uno está entrenado para sobrevivir a los villanos, pero no para esa clase de sustos.

Nos ha jodido.

Ahora este maléfico, y sobre todo feo, agente del C.B. pasa sus horas entre rejas a la espera de que solvente un pequeño problemilla técnico para realizar un duro e inapelable interrogatorio.

Por cierto, ¿no habrá, por casualidad, algún interprete de ultrasonidos entre los lectores?




lunes, 30 de julio de 2007

Como cerveza de mayo

Podría decir que he vuelto porque necesitaba escribir, plasmar mis sentimientos en mi blog, contar lo que me come por dentro y me devora por fuera.

Pero mentiría cual concejal.

Podría decir que he vuelto porque les echaba de menos, porque de alguna manera ustedes, mis lectores, forman ya parte de mi vida, de mis alegrías, de mis desdichas.

Pero mentiría cual sindicalista.

Podría decir que he vuelto porque lo necesitaba. Porque esto de escribir en un blog se ha convertido en una especie de salvavidas que me ayuda a mantenerme a flote en este naufragio que es la vida.

Pero mentiría cual puto cylon de apariencia humana.

En realidad he vuelto por dinero.

Ayer, mientras descansaba placidamente tumbado en una tumbona (valga la redundancia) a orillas del Mar Mediterráneo recibí una llamada de mi asesor financiero. Me dijo que las visitas en mi blog habían bajado hasta niveles alarmantes.

- ¿Y?

- Pues que el nivel de ingresos por publicidad de su blog es diréctamente proporcional al nivel de visitas que reciba.

- Entiendo. ¿Para cuantos días más tocándome los huevos me queda?

- Según mis cálculos para 4 días más, menos de 24 horas si realiza una de esas visitas periódicas que hace al chiringuito de la playa para tomar uno, dos, o los que se tercien de esos magníficos botellines de cerveza Mahou 5 estrellas que, como buen bebedor que es usted, joven, independiente, y amante de los grandes placeres de la vida, gusta de tomar bien fríos.

- Bien. Lo tendré en cuenta. Manténgame informado.


Cuarenta minutos más tarde volvía a recibir una nueva llamada de mi asesor financiero.

- ¿Dónde está usted, señor Añejo?

- En el chiringuito, ¿por qué?

- ¿Y cuantos de esos maravillosos botellines de Mahou 5 estrellas, la cerveza de los cerveceros, el maná del siglo XXI, el manjar de los dioses lleva usted?.

- Pues he acabado con dos cajas de botellines, empecé con la de barril, y ahora mismo me están cambiando el segundo barril. ¿Por qué?

- No, por nada, que había hecho mal los cálculos. Haga las maletas y vénga para Madrid que le quedan cero patatero euros en su cuenta.

- ¡Mierda!. Apuro esta mí última Mahou 5 estrellas fresquita, con ese sabor que sólo la buena cerveza, como es Mahou 5 estrellas, es capaz de dejarte en el paladar y me voy para el foro. Vaya metiendo en la nevera una docena de Mahous 5 estrellas, la cerveza que saca de ti lo mejor que tienes, para saciar mi sed cuando llegue.

Y aquí estoy, intentando recuperar mis lectores perdidos para poder aumentar así mis tan maltrechos ingresos.

Por cierto, a los por más que buscan publicidad en mi blog no encuentran ningún tipo de anuncio decirles que están buscando en vano. La publicidad en mi blog es subliminal, y está puesta muy sutilmente. No la ven, pero les llega.

Nada más, les dejo, que tengo que mirar si cierta empresa cervecera de Madrid, cuyo nombre no estoy autorizado a dar, me ha hecho un ingreso que estaba esperando como cerveza de mayo.
Me alegro mucho de estar de nuevo aquí, aunque es muy posible que sea como consecuencia del pedo que llevo, y no por razones sentimentaloides.