viernes, 20 de noviembre de 2015

Ingratos


Sólo el cocinero lloró la muerte de aquella cebolla.



domingo, 15 de noviembre de 2015

¿Dónde vas, Peter Parker?


Peter Parker anda buscando a Stan Lee para darle una paliza.

Dice que le ha amargado la existencia. Que desde que le convirtió en el hombre araña su vida es una puta mierda.

Se muere su tío Ben. Pierde a su mejor amigo. No encuentra un trabajo digno, a pesar de que todo el mundo le dice lo brillante que es. Malvive con cuatro dólares en el bolsillo. Le caen hostias por todas partes. Y de amores, mejor no hablar. Está más solo que la una.

Joder, vale que antes no era el rey del mambo, pero al menos tenía un futuro.

Y ahora, encima, le han salido unos granos por todo el cuerpo que le pican a rabiar. Se pasa el puto día rascándose.

Le dijo el dermatólogo que eso iba a ser alergia a algún tipo de tejido, que esas cosas pasan. Un día te levantas y eres alérgico a, por ejemplo, el algodón. Así que cambió el material de su traje. Una y otra vez. Del algodón paso al poliéster. Del poliéster al latex. Del latex al neopreno. Joder, si hasta llego a hacerse uno de lino que se arrugaba con mirarlo. Los supervillanos se descojonaban de él cuando lo veían venir lleno de arrugas. Lo que faltaba. Dame tres hostias si quieres, pero no me faltes al respeto, coño.

Pero nada. Los picores no cesaron. Es más, con cada traje nuevo, más granos, y más gordos. Finalmente el doctor concluyó que era el estrés, que esas cosas pasan. Un día te levantas y…

Pues mira, por una vez, los matasanos van a tener razón.

Parker se ha enterado de que han empezado a rodar una nueva película de los Vengadores. Y como al viejo, que es un ególatra, le gusta salir en todas las películas de la Marvel, ha decidido pasarse por el set de rodaje, a ver si hay suerte y se lo encuentra. Te vas a enterar, cabronazo.

Pero cuando ha llegado allí a quién se ha encontrado es a Hulk sentado en el suelo, en un descanso entre escena y escena, comiendo un bocadillo de mortadela. Pensativo. Con la mirada perdida. Solo.

Se le ve tan cansado.

Y claro, al final resulta que encima no te puedes quejar, que por mal que te vaya, siempre hay alguien que está peor que tú.

Se ha dado la vuelta y se ha ido cabizbajo, maldiciendo su mala suerte, rascándose con desesperación los muslos, que es donde más granos le han salido.

No sé, tal vez lo mejor sería ir como Hulk, medio desnudo. Aunque, joder tío, esos pantalones morados…






jueves, 12 de noviembre de 2015

Spam Connection

Lo encontraron flotando en un flujo de datos, enganchado a unos bits de paridad. Llevaba varios días muerto. Sin síntomas de violencia.


– Otro que no soportaba vivir bajo el yugo del desprecio, me temo.

– ¿Algún anexo en los bolsillos?

– No sé, tu compañero lo ha examinado antes de que yo llegase.

– ¿McAfee?

– No, el ruso.

– Gracias, Doc. Puede llevarlo a la papelera.


Algo olía a podrido en la red. Trece suicidios en menos de doce horas eran demasiados suicidios, incluso para un periodo de máxima actividad comercial como este.


– ¿Seguro que no tenía nada, Kaspersky?

– Nada. Solo texto y enlaces.

– ¿Y el asunto?

– Lo típico: no dejes pasar esta oferta, grandes descuentos…no recuerdo. ¿Qué hacemos, jefe?


Mi mujer me dejó por un spam, uno de esos de alargamiento de pene. Hace ya siete ciclos de eso.


– Cierra el caso.





domingo, 8 de noviembre de 2015

La verdad sobre el caso Skywalker


¿Dónde está Luke?

Es la comidilla en los mentideros, lo que todo el mundo se pregunta a apenas un mes del estreno de la nueva película de la saga: ¿dónde está Luke Skywalker?

En los trailers, en los teasers, en el cartel oficial y en el resto de carteles promocionales podemos ver a la princesa Leia, a Han Solo, a Chewbacca, pero en ningún momento aparece el joven Luke.

Los millones de seguidores de la saga especulan sobre su paradero, y la teoría de que Skywalker, tal como hizo su padre, se ha pasado al lado oscuro, es la que más adeptos tiene.

Pero nada más lejos de la realidad.

En Diario de náufrago en una palangana, y solo en Diario de náufrago en una palangana, sabemos la verdad.

Cuando Disney se hizo con Lucasfilms, tras pasar por caja y pagar una pasta gansa, los directivos de Disney decidieron organizar una fiesta de confraternización que hermanase a todos los personajes de ambas divisiones. Una macrocena secreta en la que los personajes del universo Star Wars compartieran mesa con las más importantes personajes del mundo Disney.

Luke Skywalker y Pocahontas compartieron mesa y dicen que esa noche, nació el amor.

Eran la pareja perfecta, y en Disney lo sabían. Él, con esos ojos azules y ese pelo rubio, y ella con esa tez morena y esa melena azabache al viento. Los dos tan inmaculados. Tan del bien. Tan comerciales. Los directivos de Disney se frotaban las manos, y dieron su bendición a la relación.

Pero entonces algo vino a enturbiar tan lucrativa y hermosa historia de amor. Luke, que siempre ha sido un poco inmaduro, tuvo un desliz, y le fue infiel a Pocahontas.

Infiel, ¿pero con quién?

Pues nada menos, que con la cerdita Peggy, que encima es amiga y compañera de Pocahontas ya que desde 2004 los Teleñecos son propiedad de Disney.

Los gritos de cólera todavía resuenan en los despachos de la compañía del ratón. Con millones de muñecos de la pareja de tortolitos besándose ya fabricados, y a la espera de ser enviados a las tiendas, Luke había echado a perder el negocio del siglo.

No se lo perdonan, y le han expulsado de la saga.

El joven Skywalker lo niega todo, dice que es mentira, que el ama a Pocahontas, que todo es una confabulación de su hermana y su cuñado, y que si su padre estuviese vivo se iban a cagar todos en los pantalones, panda de hijos de puta.

Pero nadie le cree. Y hacen bien.

En Diario de un náufrago en una palangana tenemos la prueba gráfica de la infidelidad de Luke. Y tenemos la obligación de hacerla pública.




Porque nada escapa al objetivo de una cámara analógica en manos de un náufrago en una palangana.


miércoles, 4 de noviembre de 2015

Sueños húmedos


¿A vosotros nunca os ha pasado que vuestro cerebro os engaña para que sigáis durmiendo?

A mí sí, constantemente.

A las seis de la mañana suena el despertador y, en el tiempo que tardas en alargar el brazo para apagarlo, tu cerebro crea un sueño en el que llaman de la empresa para decirte que una tortuga gigante del Serengeti, de 8 toneladas de peso y 6 metros de altura, se ha fracturado una pata justo a la entrada de la oficina, y es imposible acceder al recinto porque no hay ni dios que consiga quitar ese obstáculo de en medio. Así que hoy, no se trabaja.

Y entonces bendices al mundo animal, y sus fracturas, y apagas el despertador y sigues durmiendo.

Pero tú, que eres un tío desconfiado, a las seis y media de repente te despiertas, porque algo no cuadra, y te levantas, y te maldices porque te das cuenta que tu cerebro te ha engañado y tendrás que apresurarte si no quieres volver a llegar tarde al trabajo.

Enciendes la tele y, sorprendentemente, ves en la puerta de tu oficina, junto a una tortuga gigante de 8 toneladas de peso y 6 metros de altura, a ese reportero de corbatas ridículas que siempre da las noticias chorras, dando datos técnicos sobre la vida y obra de las tortugas gigantes del Serengeti. Y a Martínez, el de contabilidad, haciéndose un selfie con la tortuga. Y ves como a lo lejos se acerca, tocando la campana, un camión de bomberos, y detrás un volquete con un cargamento de escayola, y el reportero de corbatas ridículas informando que los bomberos, en colaboración con Escayolas Garrido e Hijos, y la Sociedad Protectora de Tortugas Gigantes del Serengeti, van a hacer la mezcla para escayolar la pata fracturada de la tortuga, que el pobre animal está sufriendo.

Y entonces tú, que eres un tío leído, te das cuenta de que los camiones de bomberos ya no llevan campana, que llevan una sirena, y que la campana que has oído era tu despertador, y te levantas, y te maldices porque tu cerebro, aunque sea menos leído, es más listo que tú, y te ha vuelto a engañar, y saltas de la cama, y vas corriendo a preparar café porque, aunque ya son las siete, sin un café en el cuerpo tú no sales de casa.

Y entonces, mientras estás echando el café en el filtro, asoma por la puerta de la cocina Jessica Alba, despeinada y en bikini, y te mira con esos ojos que nunca consigues recordar de qué color son, y le dices “Cariño, me he vuelto a quedar dormido”, y ella se aparta un mechón del pelo que le cubre la cara, te mira con ternura, y te dice mientras se le desliza sobre el brazo un tirante del bikini, “anda, tonto, vuelve a la cama, que hoy es domingo”.

“¿Domingo?”, repites nervioso, mientras miras la etiqueta del Primark que le asoma a Jessíca Alba por debajo del bikini, “¿domingo?”... y entonces apartas de un manotazo a Jessica Alba de tu camino y sales corriendo hacia el dormitorio, y por el pasillo piensas ¿acabo de apartar de un manotazo a Jessica Alba en bikini?, y llegas al dormitorio y ahí estás tú, en la cama, roncando como un cerdo..

Y te maldices porque tu cerebro está empezando a jugar sucio. Sacudes con fuerza el cuerpo en tu cama al grito de ¡despierta coño! y entonces te das cuenta de que no eres tú el que está roncando en la cama, que es Mark Knopfler que, con cara de money for nothing, intenta incorporarse para decirte lo absurdo que es perder el tiempo en tu mierda de trabajo. Pero al empezar a incorporarse la cinta elástica que lleva en el pelo se le engancha en el cabecero de la cama y, una vez que alcanza su elasticidad máxima, hace que su cabeza regrese violentamente hacia atrás, con tanta fuerza y mala fortuna que choca contra el cabecero y se parte en dos, pero no dramáticamente, con sangre, trozos de cerebro, y money for nothing por todas partes,… se parte en dos como un kínder sorpresa.

Y del interior del kinder sorpresa sale Raffaella Carrá, toda llena de lentejuelas, cantando y bailando como una posesa. Y, mientras una lágrima recorre tu mejilla, dices “Hola, Raffaella”, y mueves tu culo al ritmo de la música. Torpemente. Como bailas tú, estés despierto o dormido.

Tengo una amiga, tengo una amiga que su marido se queda mucho en casa

Y entonces, entre las trompetas y los trombones, oyes como un murmullo de agua corriendo. Y le dices a la Carrá que deje de cantar, y ella dale que te pego con que el pobrecito, está malito, no tiene fuerzas por eso no trabaja, y tú que te calles, coño, y ella que calla, y se queda quieta, sobre una pierna, con la otra en vertical junto a su cuerpo, con una rodilla pegada a la oreja. Y afinas el oído; y sí, es el murmullo de agua corriendo lo que oyes. Y entonces te das cuenta.

¿A vosotros nunca os ha pasado que os habéis quedado dormidos bajo la ducha?





domingo, 1 de noviembre de 2015

Grandes frases de la historia del cine (VIII)



¡El teléfono no está sonando, maldita sea!... no hay teléfono...


Charlton Heston en El último hombre vivo