jueves, 29 de octubre de 2015
Os voy a dar carrete
Los dos o tres lectores que me han quedado tras esta larga y tendida pausa bloguera se estarán preguntando qué demonios he estado haciendo durante estos dos años y medio.
Fácil: dormir, beber, comer, engordar, dejarme más barba todavía, y disfrutar de una de mis más recientes aficiones. La colección, uso, y disfrute, de cámaras analógicas.
Cámaras frigoríficas, no, sordo. Cámaras fotográficas.
Las frigoríficas las uso y disfruto, sobre todo las de los bares, pero no las colecciono.
Todavía.
Analógicas quiere decir que utilizan carrete, que es eso que le metíamos a las cámaras cuando nos íbamos de vacaciones y volvíamos con no más de de 50 fotos que enseñar.
Ahora volvemos con no menos de mil. Y no los enseñamos porque nadie las quiere ver. O porque enseñarlas conlleva el riesgo de que el tiro nos salga por la culata y, a cambio, tengamos nosotros que ver después las suyas
Hay gente que se ha ido a pasar una tarde a Albacete y ha vuelto con 3.654 fotos en la cámara digital. Eso sin contar las 8.635 que han hecho con el móvil.
Que no es por criticar, pero yo creo que Albacete no da para más de 50 fotos. Y eso si tienes activada la opción de ráfaga.
Así que, sientiéndolo mucho por aquellos que piensan que aguantar las aficiones ajenas es un coñazo, en breve abriremos nueva sección den Diario de un náufrago en una palangana. Retrocams sería un buen nombre si no fuese porque lo de ‘retro’ ya empieza a escocer.
Se aceptan sugerencias.
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4 mensajes en la botella:
Un placer volverle a leer señor náufrago. Y dénos carrete!!!
Madre mia, cámaras analógicas no eran esas que se usaban cuando Star Wars se llamaba aún La guerra de las galaxias?
Efectiviwonder, señorita Montse. De cuando a Star Wars se le llamaba La guerra de las galaxias, a los selfies autorretratos, y en lugar de efectivamente se decía efectiviwonder.
Ah, y ¡digamelón! en lugar de ¡dígame!
Pues me alegro un montón de que vuelvas a publicar. Yo te seguía como Rose desde el blog "El patio de mi casa", que abandoné hace tiempo y que luego La Coctelera se cargó cuando desapareció. Hoy de pronto, no sé por qué, me he acordado de tu blog y he venido a echar un vistazo, y menuda sorpresa.
Ha debido ser una coincidencia cósmica, o algo así...
Lo dicho, que me alegro de volver a leerte.
Claro, me acuerdo de tu patio, que es particular. Gracias por pasarte, Rose.
Las coincidencias cósmicas están muy bien, pero molan más las coincidencias cómicas.
No sé, como que se encuentren Benny Hill y Chiquito de la Calzada en una fiesta rave, por ejemplo
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