miércoles, 27 de enero de 2016

Todos menos Superman. Episodio II


¿RoBat, amo?

- Sí, RoBat. Batmovil. Batcueva… Ro-Bat. ¿Entiendes? Y no me llames amo, llámame Señor Wayne.

- Pero, según la lógica, Señor Wayne, RoBat es nombre de mujer, no de hombre.

- Pero tú no eres un hombre, ni una mujer. Eres una máquina.

- Me ha diseñado con voz de hombre, Sr. Wayne. Y con bigote.

- He conocido mujeres con voz más grave que la tuya, RoBat. Al menos tras una noche llena de alcohol, tabaco, y otros vicios inconfesables. Y eso que llevas en la cara no es un bigote, es una célula fotoeléctrica.

- Pues parece un bigote.

- Pues parecerá un bigote pero es una célula, y sanseacabó. Deja de perder el tiempo y hazme la cena. Con un sándwich de rosbif será suficiente, que no tengo mucha hambre… Ro-Bat.

- Sí… amo.

Todo era perfecto con RoBat. Limpiaba. Cocinaba. Ponía a punto los Bat-vehículos. Hasta sabía dar masajes que, aunque cierto es que eran algo fríos, sí que conseguían aliviarle el dolor tras las peleas con los supervillanos.

Pero en su diseño y construcción había cometido un error imperdonable: le había instalado  Windows como sistema operativo. Windows Vista, para mayor inri.

Un día, RoBat se conectó a internet buscando la receta para hacer tarta de zanahoria y su mente cibernética se llenó de virus. Enloqueció.  Se volvió paranoico. Y termino intentando matar a su amo. 

- Por favor, Señor Wayne, no me desconecte – suplicó mientras le arrancaba el casco bajo el que llevaba la CPU.

- A tomar por culo, cafetera.

La lucha había sido titánica. Le había fracturado dos costillas, y casi le arranca la oreja con uno de sus extensores. Eso de pelear sin el traje había sido una mala decisión. Una y no más, Santo Tomás, se dijo. Una, y no más.

Asumió que tendría que aprender a llevar la casa el solo. Y que nadie le ayudaría en su doble vida, millonario de día, superhéroe de noche. Tomó la nueva situación con decisión, y con un toque de optimismo.

Tres días le duro el optimismo. Al cuarto día se vino abajo. El primer día lo perdió entero limpiando los baños. Los quince baños que tenía. 

- Por mis muertos que mañana los cierro todos con llave menos el rojo, que es el que menos se ensucia, se dijo. 

El segundo en limpiar el Batmóvil, la Batmoto, el Batcóptero, y la Batidora. 

- Me cago en mi puta vida, de dónde sale tanto barro.

El tercero se lo pasó de compras en el CostCo. Se compró 18 kilos de aceitunas sin hueso; 34 de patatas, onduladas; 2 garrafas de espuma de afeitar, de a 5 litros la garrafa; 60 bidones de leche, de 5 litros cada bidón; 18 paquetes de pan de molde; 4 kilos de queso ahumado; 4 botes gigantes de kétchup; 5 batas de cuadros escoceses; y 12 pares de zapatillas de estar por casa. Con la suela de gel. Anunciadas en TV.

Por la noche, sentado en el sofá de su salón de quinientos metros cuadrados, mientras se comía un sándwich de queso, enfundado en una bata de cuadros escoceses, con los pies cocidos por el gel de sus zapatillas de estar por casa, lloró.

Lloró como no había llorado desde que mataron a sus padres en un sucio callejón.

Cuando se le pasó la llorera, llamó a Superman.


continuará ...



2 mensajes en la botella:

Anónimo dijo...



Jua,jua,jua... Estoy llorando de risa.
Qué tío, es usted la caña.


¡Batman nenaza!(Es broma, me encanta.)


Anhónima

Carlos Añejo dijo...

No se meta usted con Batman, Anhónima. No es más que una víctima del abandono... como tantos otros superhéroes.