martes, 12 de enero de 2010

Gorilas en la niebla


De repente me encontré con un banco de niebla en Torrelodones, a la altura del casino. Un banco de niebla espesa como la crisis.

Dejé que el coche fuese perdiendo velocidad lentamente. Sin tocar el freno. En punto muerto.

Finalmente el coche paró en la cuneta, justo donde la niebla era más espesa, junto a una señal de prohibido adelantar. Apagué el motor, y salí fuera.

Al cerrar la puerta me percaté de que alguien había atado la señal al quitamiedos con una cadena dorada. Y de que el cordón de mi bota derecha, siempre rebelde sin causa, se había desatado.

Rodilla en tierra, mientras trataba de atar cabos en mi bota, sentí como los perdigones me pasaron justo por encima de la cabeza.

El disparo sonó como un petardo.

Dos gorilas con pasamontañas aparecieron de entre la niebla. ¡Esto es un atraco¡, gritó el más alto de los dos. ¡Todo el mundo al suelo!, grito el otro.

Ya estoy en el suelo, le dije.

¡Pues te tumbas, gilipollas!

Mire mi camisa blanca.

Los cojones, le dije.

Me apuntó con la recortada.

Me tumbé.

Todo ocurrió muy rápido. Tan rápido como se acercaba el sonido de las sirenas por la carretera de La Coruña.

Tres coches patrulla de la Guardia Civil aparecieron por la vía de servicio. Uno de ellos era un Seat Panda. Un tres puertas. El agente que iba en el asiento del copiloto tuvo que echar hacía delante el respaldo de su asiento para que el agente que iba detrás saliese pistola en mano.

Pero ya era tarde.

Los gorilas se habían llevado toda la niebla en efectivo que había en la caja fuerte del banco.

Y un par de calendarios del año 2010.

Los periódicos no contarón nada al día siguiente, y este sábado alguien apostará fuerte en la ruleta del casino de Torrelodones. Al 21 rojo. Por qué no.

Si la apuesta no se disipa antes de que la bola llegue al destino elegido tal vez no volvamos a ver en una temporada larga a un par de gorilas en la niebla.

Un par de gorilas con pasamontañas, y una recortada cromada de doble cañón y cartuchos del 12 en la recámara.


7 mensajes en la botella:

Wen dijo...

Mala zona para parar en la cuneta de la carretera.... eso te pasa por temerario. La próxima vez que los veas diles que si les hace falta una ayudante o algo, no es mal curro.Besos.

Irreverens dijo...

No sé por qué pero me ha parecido vislumbrar cierto paralelismo con el asesinato del alcalde de Fago...

Será que estoy tan espesa como la niebla.
:)

Anhónima dijo...

Me gusta su blog, pero cada vez que cuelga un cuento… es como si colgara un regalo.
(Invita a leer los anteriores. Es mi sección favorita.)

Éste le ha quedado de miedo.
Tiene cada detalle…


Un saludo

Carlos Añejo dijo...

Cierto, Wen... mal sitio para parar. En esa zona corren libres y salvajes manadas de gamusinos hambrientos.

¿Fago?... Pues no pensaba yo que era el alcalde de Falo... yo si que estoy espeso.

El regalo son sus comentarios, Anhónima... los de las tres... las tres reinas magas... Wen, Irre, y Anhónima, que siempren están ahí... con sus comentarios.... y con sus camellos.

Vaya... ¡pues no me he puesto tontorrón!...

Wen dijo...

También es mi sección/ etiqueta favorita, y tb soy asidua releedora :D
Un saludo Anhónima.

A ver si podemos leer muchas novedades este año... esto dicho así, sin mirar a nadie.

Wen dijo...

Por cierto, los gamusinos no existen, que me he enterado !!!!

Carlos Añejo dijo...

No existirán en otros blogs, Wen. En este, sí.