lunes, 15 de noviembre de 2010

Bromas aparte (el desenlace)


Después de más de cuarenta minutos, tres cigarros, dos cafés, y una meada apresurada, el programa de López no había conseguido averiguar ni uno sólo de los caracteres de la clave de acceso al sistema que se escondía tras la puerta. Estaba desesperado. Incluso le había parecido escuchar unas triunfantes risas salir de los altavoces de su ordenador. Se sentía cansado, abatido. Su programa había fallado por primera vez en muchos años. E.P. le estaba venciendo. Se le acababa el tiempo, y unas simples iniciales le estaban derrotando.

     Se encendió un nuevo cigarro y, levantando la mirada del monitor, observó distraídamente las copias de las fotos, la original del dominical, y la copia impresa de la trucada, que había puesto en su panel de corcho horas antes, al inicio de la caza. Le dolían los ojos, tenía la boca empalagosa a causa del café y el tabaco consumidos a lo largo de la noche, y un palpitante dolor de cabeza le estaba destrozando los nervios.

     Entonces algo llamó su atención. Cogió las copias del panel de la pared y las miró detenidamente, dirigiendo alternativamente la mirada a una y otra foto. Ahí estaba la solución, la había tenido delante de sus ojos durante toda la noche. Podía haber resuelto el problema incluso antes de iniciar la caza. Ahora sabía quién era E.P., sólo tenía que solicitar su clave al Ministerio del Interior, donde seguro que la tendrían junto con la suya y la de todos los funcionarios del Estado. Conectó con el ministerio, averiguó la clave de E.P., y comenzó a introducirla desde su teclado. 

     La pantalla de su monitor quedo en negro antes de que López hubiese terminado de introducir la clave. Un mensaje apareció en pantalla.

- Buenas noches, agente.

- Buenas noches, Señor- tecleó López.

- Es usted bueno, muy bueno. ¿Cómo supo que era yo, López?

- La vanidad, Señor. No debería haberse rejuvenecido tanto en la foto de la pared. De ahí deduje: E.P., El Presidente.

- Muy inteligente. Me doy cuenta de por qué es uno de nuestros mejores policías informáticos.

- Y yo me doy cuenta de que no se lleva muy bien con su señora, Señor - López sonrió y esperó respuesta.

- Bien - el cursor se quedó parpadeando en pantalla unos segundos - Supongo que todo esto no saldrá de nuestros monitores.

- Y yo supongo que, bromas aparte, esto no se volverá a repetir, Señor.- respondió López desde su teclado.

- Además tiene usted cojones. Esta semana iré a hacerle una visita a su oficina. Buenas noches agente. - E.P. cerró la conexión.

     López apagó su ordenador y se quedó mirando el brillo de su monitor ahora sin vida.

 - La madre que lo parió - pensó mientras se levantaba de su asiento y se metía en la cama. Segundos más tarde deleitaba a la vecindad con un concierto de sonoros y profundos ronquidos.

    Al otro lado de la ciudad, en su lujosa casa de tres plantas, el presidente de la nación se acostó con cuidado de no despertar a su mujer.

- La madre que me parió- susurró mientras apoyaba la cabeza en la almohada y se quedaba mirando como su mujer deleitaba a la humanidad con un concierto de sonoros y profundos ronquidos. Medía hora más tarde, mientras la ciudad despertaba de una tranquila noche de verano, él aún no había podido conciliar el sueño, y odiaba a su mujer más que nunca por ello.

FIN

8 mensajes en la botella:

Wen dijo...

Que capullo vengativo XD Y qué tocapelotas!
Que se compre unos tapones, hombrepordios!
Inadmisible, exijo la dimisión inmediata de EP :D

Anónimo dijo...

¿Ves? Lo que yo decía. Es lo bueno de las buenas historias de este tipo: que el final es lo de menos. Lo que mola es la manera de contar el asunto.
Felicidades, caballero.

Carlos Añejo dijo...

EP no es más que una víctima de su amor, Wen.

Gracias, caballero.

Anhónima dijo...

¿Es López su álter ego?
¿Es “Bromas aparte” la primera entrega de una gran colección?

(Hola, me ha encantado este desenlace tan “de buen rollito”)

Carlos Añejo dijo...

¿Mi alter ego?... No, no... yo tengo un alaskan malamute, de 6 meses.

Y no, López no es Pepe Carvalho, ni Hércules Poirot, ni Bond, James Bond... López no tiene nombre de pila, y sin nombre de pila no puede haber continuación... Pero sí buen rollito.

Wen dijo...

En serio lo del perro??? :O

Carlos Añejo dijo...

No, Wen... me temo que no. He mentido. Yo lo que tengo es un cactus, y no tiene pedigrí... tiene púas.

Anónimo dijo...

BUENISIMO