martes, 17 de marzo de 2009

La vida, 2.0

Se fue del despacho dando un portazo que, sin lugar a dudas, y antes de que terminase la jornada, le costaría una fuerte reprimenda por parte de su jefe. Aunque, como a su amado jefe le gustaba decir cuando se pasaba con el vino en las insulsas comidas del autoservicio, le sudaba la polla.

Por el camino, en el pasillo gris que unía la zona noble con el departamento de desarrollo, tropezó con alguien que portaba un café caliente en sus frías manos. Medio café terminó en el suelo. No hubo disculpas. Tampoco se exigieron. 

Se sentó en su mesa. Cogió un lápiz. Uno de esos lápices corporativos de color negro, con una pequeña goma en un extremo y el logo de la empresa grabado a fuego en el centro.

Autodestructivo – dijo para sus adentros - que es demasiado autodestructivo dice.

Miro la goma fijamente mientras entornaba pensativo los ojos.

Tantos putos años de trabajo, tantas putas pruebas, tantas putas noches sin dormir… para que ahora me diga el tío gilipollas que es demasiado autodestructivo. 

Puso sus manos sobre el teclado, y respiro hondo.

Muy bien. Ellos pagan, ellos mandan. Nada de autodestrucción.

Comenzó a teclear frenéticamente.

Y desde ese preciso momento Mick Jagger dejo de ser un Rolling Stone para convertirse en un jubilado de barriga prominente cuya única satisfacción es pasar las horas muertas viendo en el televisor sus programas favoritos, los concursos de preguntas y respuestas, en los que, dicho sea de paso, nunca se pregunta quien pintó los girasoles porque ese cuadro nunca existió, nunca fue pintado por un tal van Gogh, un holandés del que no se tiene constancia se cortase una oreja, aunque si se sabe que sufrió, en una calida tarde de mayo, un ataque de ansiedad al no cuadrarle el balance del banco en el que trabajaba, cinco siglos después de que Jorge Manrique muriese en brazos de su padre, a la envidiable edad de 73 años, y apenas un siglo antes de que Kubrick abandonase su trabajo de fotógrafo en la revista Look para ponerse a trabajar en la funeraria de su tío Martin.

A tomar por culo. 

Así son las cosas ahora.

Y en cuanto a ti y a mí, mi querido lector, mucho me temo que ahora no somos más que dos pobres analfabetos. Tú no sabes leer. Yo no sé escribir.





9 mensajes en la botella:

princesadehojalata dijo...

Vale, de acuerdo, yo no sé leer y tú no sabes escribir pero nos seguimos entendiendo.

no?

Irreverens dijo...

Joé... mañana vuelvo, ¿vale?

Es que ahora mismo no sé si he entendido bien lo que no sé leer.

Anónimo dijo...

La vida, 2.
Yo, 0.

La ciencia y yo no nos llevamos muy allá que digamos, pero si la vida es un holograma y la peña no somos más que unidades de información, la información recibida por el resto de unidades informadoras ha sido correctiva, si, pero totalmente errónea.

Llevo toda mi vida creyendo que la miopía (los miopes vemos la vida como enormes pixeladas difuminadas) se solucionaba poniendo una lente ante los ojos, y ahora resulta que no, que los miopes somos los únicos que vemos las cosas como son, expandidas.

¡Qué cosas!

Yo creo que voy a seguir pixelando como pueda...

Besos (o unidades de información expansivas, como quieras)

Belén dijo...

No me jodas, y que he estudiado yo todo este tiempo?

Besicos

wen- dijo...

Iba a empezar el comentario con un " ostia puta" bien sonoro pero me voy a contener..
Dos cositas te quería comentar:
La primera que si de ese artículo ha salido ese texto.... yo que tú me plantearía ir poniéndome a escribir en serio, pero en serio.
La segunda..es que aunque poco te importe, tengo la cabeza como un bombo con la física cuántica, las reaidades, las elecciones y todo ese tipo de cosas, y es que aunque me esfuerce y lea muchas cosas y vea muchos documentales del tema... solo llego a atisbar algo, lo cual me jode porque me parece interesantísimo y tengo mucha curiosidad... pero mi curiosidad y mi falta de conocimientos van de la mano, que una es de letras puras y casi le cuesta dividir entre dos cifras. De todas maneras me ha parecido la releche de interesante,eh? una pasada.... Y me guardo la dire del diario ese, que no lo conocía.
Jo, un post genial.

estilografic.blog dijo...

Después de leerme enterito el artículo del holograma de los cojones, llego a la conclusión, no sé si me equivoco, de que al estar los hologramas de las tarjetas de crédito y de los billetes impresos en películas de plástico bidimensionales (que ya les vale a los de la casa de la Moneda, a los de Visa y a los de American Express), resulta que cuando la luz rebota en ellos recrea la apariencia de una imagen tridimensional, te lo juro, que no es otra que la de Don Pedro Solbes Mira anunciándonos que la cosa va para largo.

A lo de la crisis, me refiero.

Carlos Añejo dijo...

¿Lo cualo, princesa?

Pues yo no sé si sabría explicarte lo que no sé escribir, Irre.

Siempre te queda el partido de vuelta, Trasto. Y en la vuelta juegas en casa. Besos.

A mí no me pidas cuentas, Belén. Haber copiado.

Me alegra que te haya gustado tanto, Wen. En cuanto a la ciencia... yo también me llevo a patadas con ella. Lo que pasa es que me lo tomo con paciencia.

A mí en la tarjeta de crédito me sale una cara de Bélmez, Estilo.

Anónimo dijo...

Qué susto, pensé que se suicidaba el programador con el lápiz.

Muy interesante la noticia, me hubiera encantado si la hubiera leído,¡digo!,entendido.

Un saludo muy R2-D2

Carlos Añejo dijo...

Un programador nunca se suicidaría con un lápiz. Se ahorcaría con el cable de su ratón inalámbrico. Un saludo muy C3-PO