lunes, 21 de marzo de 2011
La arruga es bella
Hoy, entre todas las noticias, todas importantes, todas mucho más importantes, dónde va a parar, leo esta:
Cae una banda que robaba con planchas.
La Policía Nacional ha detenido a cuatro personas por robar en domicilios con planchas domésticas calientes.
Así. Tal cual. Copy-Paste del original. No hay más. Ni menos.
La Policía Nacional ha detenido a cuatro personas por robar en domicilios
con planchas domésticas calientes.
Lo siento, literatos del mundo, pero es lo mejor que he leído en mucho tiempo. Nonsense puro, y duro.
Sin menoscabo, por supuesto, del prospecto de las pastillas que estoy tomando.
Pero hoy, y aquí, estamos hablando de novela negra, no de terror gótico.
Ya hablaremos otro día del prospecto de las pastillas que estoy tomando.
Si hay cojones, claro.
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6 mensajes en la botella:
¡Hola!
¡Qué detalle! Que te roben “a la plancha”
Mucho más sano y ligero…
Me resulta un electrodoméstico
muy peligroso; quema las relaciones y te deja planchado.
(Lo del prospecto… me ha encantado; es usted genial.)
La frase de la novela negra y el terror gótico debería llevarse unos cuantos premios... es genial :)
En el prospecto de las últimas pastillas que tomé advertía de que su ingesta podía incitar al suicidio. Y era verdad. Por suerte o por desgracia aquí sigo.
( Me ha dejado un montón de preguntas el tema de la plancha, eh? pero montones )
Tenga usted cuidado, Sr. Náufrago; trabajo –algo- en un Gabinete de Prensa- y la lectura de “los medios” me ha quemado la penúltima neurona.
Esperemos que los delincuentes –a parte de mí- no frecuenten este blog, pues aprenderían que la tortura con un prospecto es más persuasiva que con una plancha. Aunque quizás lo peor sería amenazar con el manual de instrucciones de una plancha traducido del japonés traducido del alemán traducido del serbo-croáta.
El atraco a la plancha le da a la cosa un punto artesanal - y romántico- que no se lo puede negar usted a esos caballeros. Además de dejar en evidencia a la cocina tecnoemocional de los Adrià y compañía, que atracarían blandiendo aparatos de esferificación...
Como le gusta a usted jugar con el lenguaje, mi querida Anhónima. Voy a tener que traspasarle el negocio.
¡Se resolvió el misterio de los escarabajos suicidas! Nunca dejes tus medicamentos al alcance de los insectos, Wen.
Domino a la perfección el japonés y el alemán, Luis. Con el serbo-croáta es con el cojeo un poco. El serbo lo leo pero no lo sé escribir; y el croata lo escribo pero no lo sé leer. Por cierto, no les vendría mal a los becarios de cierto periódico un poco de ayuda de su parte.
Ahí le has dado, Jorge. Ahí le has dado. Lo de Adrià y compañía. Eso sí que es un atraco a mano armada.
mmm... Y antes del atraco, ¿dónde calientan las planchas? ¿En el encendedor del coche?
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