domingo, 11 de marzo de 2012

Con dos de extremaunción, por favor.

Sí, la nueva reforma laboral es una putada, ya lo sé; al menos para los que tenemos trabajo (para los que no lo tienen está por ver). Pero os aseguro que hay cosas peores: en mi empresa consideran que se queda corta, y han decidido que lo mejor es dar el finiquito a aquellos trabajadores que pierden el tiempo tomando café.

Y cuando digo dar el finiquito lo digo en el sentido más extremo de la palabra.







¡Qué Dios nos pille confesados!


9 mensajes en la botella:

Anónimo dijo...

Hombre, una consumación puede ser de varios tipos. Sexual, incluso. Así que a ver si resulta que la empresa se ha puesto en plan meretriz y os está ofreciendo otra cosa...

Carlos Añejo dijo...

Vaya, paseante... Dominga ha dicho lo mismo.

Estoy convencido que cuando termine la sesión de comentarios de esta entrada el único que habrá pensado en la muerte seré yo. El resto en la vida, vidilla, o vidorra.

rogue dijo...

Leer "consumación" y pensar en la muerte es para hacérselo mirar, eh? XD

Carlos Añejo dijo...

Sí, sí... rogue... ya, ya... ¿¡acaso no has oído hablar de la consumación de los tiempos!?

Pues que sepas que está a la vuelta de la esquina

Leona catalana dijo...

Joer... Me gustó muchísimo el microcuento de Caperucita que me regalaste en mi primer cumpleblog y aunque lo he mostrado más de una vez, no te he enlazado por no saber si te haría "tilín"...

Mal te veo, amigo mío. ¿Dónde está el diablillo con el que intercambié hachazos de plástico a floripondias? ¡Juas!

Venga, súbete para arriba inmediatamente, que ahora mismo voy a contarle a mi hijo cómo se usa un boli Bic con esa cosa que él no conoce...

Trasto dijo...

Consumar, verbo transitivo. Proviene del latín consummare:

Antiguamente, realizar el acto sexual después de contraer matrimonio, dando así por legalizado totalmente un matrimonio.
En la actualidad y por extensión, dícese de cada uno de los encuentros íntimos realizados con papeles o sin papeles, con protección o sin protección, con previos o sin previos, con visa o sin visa, con prisa o sin pausa, con tensión o con calma, con techo o con brisa, con cama o sin cama, con cigarro final o sin cigarro final, pero siempre, siempre con final feliz para todas las partes.

Y es que si no hay final feliz, entonces no hay consumación.

Decía Sabina que, como paga al contado, nunca le falta un beso.

Es importante comprobar el precio de las consumaciones y llevar siempre monedas en los bolsillos... por si con un beso no hay suficiente.

Ahora, deberías echar una moneda, y te mando un beso.
Al contado.

Carlos Añejo dijo...

Ha llovido mucho desde entonces (aunque no en los últimos meses, claro), y yo ya no soy el mismo, Leona.

Me temo que yo nunca llevo monedas, Trasto... tengo los bolsillos rotos. ¿Seré siempre un paria sin besos?

Anhónima dijo...

Una crítica delicatessen.

Carlos Añejo dijo...

¿Como el café de máquina, Anhónima?

Gracias a todos por vuestros comentarios, hayan sido o o no consumados.