martes, 28 de octubre de 2008
Sonríe, estás saliendo en Google Maps
Supongo que ya estaréis enterados. Lo habréis visto en los periódicos gratuitos, en los de pago, en el telediario de las tres, en el de las nueve, y en el canal 24 horas (una menos en las Islas Canarias). Lo habréis leído en vuestras páginas webs favoritas. Lo habréis escuchado en la radio, en el mercado, en la cafetería del curro. O, en el peor de los casos, os lo habrá dicho vuestro cuñado, que de estas cosas sabe mucho, que el tío fue el primero en tener una iPod en este país.
Google ya ha implantado en España la Street View del Google Maps y del Google Earth.
A partir de ahora cuando busquéis una calle de Madrid, Barcelona, Sevilla, o Valencia ya no sólo la veréis a vista de pájaro. También la podréis ver a vista de gato, perro, rata, o bípedo implume.
¡Qué maravilla!
Yo este verano, cuando los coches de Google se dedicaban a circular por las calles de este Madrid tomando imágenes con sus cámaras 360º, estaba obsesionado con encontrar uno, para hacerle un calvo, e inmortalizar mi culo, por los tiempos de los tiempos, amen.
Pero no hubo suerte.
En cualquier caso eso no significaba que no me hubiesen fotografiado mientras yo estaba distraído, dormido, borracho, o las tres cosas a la vez, así que me he dedicado a buscar en el Google Maps las calles que más frecuento, en modo Street View, para ver si se veía mi cuerpo moreno, con mi cara difuminada.
Y digo cara difuminada porque la cosa funciona así: difuminan las caras. Los tatuajes y marcas de nacimiento, que yo sepa, no. A no ser que el tatuaje o la marca de nacimiento sea una cara, en cuyo caso la difuminan.
Pero no me he encontrado.
Y entonces me he acordado de que Dios no juega a los dados, y que estas cosas no se deben dejar en manos del azar, y he tirado de lógica, que es lo que hay que hacer cuando la suerte no acompaña. Y he buscado mi calle en el Google Maps. Y la he puesto en modo Street View. Y he apuntado hacia mi ventana. Y le he dado al zoom. Y me acercado. Y un poco más. Y un poco más. Y un poquito más. Y ahí estoy yo, ¡coño!, sentado frente a mi ordenador, escribiendo una entrada para el blog... ¿Tal vez esta entrada?... No, imposible... No puede ser... no es en tiempo real... Pero, por esas cosas que tiene la mente humana, me he agobiado, y me he sentido observado, y me he levantado a cerrar las cortinas. Y me he vuelto al PC.
Y, ya una vez sentado de nuevo frente a mi PC, mientras contaba las veces que el árbol de Samos (que es como los griegos llamaban a la letra "Y") aparece en el párrafo anterior (13), he tenido una sensación extraña. He sentido como el mundo cambiaba detrás de mí. Y al girar la cabeza me he encontrado con que las cortinas estaban de nuevo descorridas.
No os asusteis, es simplemente que el mundo real ya ha comenzado a adaptarse al Google Maps.
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11 mensajes en la botella:
Te felicito por el planteamiento original del tema y porque es verdad que plantea dudas que producen escalofríos. ¿Sabes que todo es obra de robots? Eso es lo que me resulta más espeluznante.
Saludos cordiales.
Te recuerdo que en un pasado reciente yo tuve una experiencia algo escalofriante con un vecino que me espiaba por la ventana y luego me seguía hasta la piscina municipal... para preguntarme si tenía un blog...
Pues estaba yo muy tranquilita, ¿sabes?... hasta que he leído tu entrada...
Por cierto, ¿la imagen que has colgado es la de tu calle?
¿Hacia qué ventana debemos apuntar?
:P
Un beso y buenas noches (¡corre las cortinas!)
Pues no entiendo como no has podido ver los coches porque se dejaban ver eh?
Y un calvo del naúfrago puede ser la pera limonera jajajajajaj
Besicos
Mi paranoia debería haberse activado al segundo párrafo, pero no ha sido así...
Yo desconfiaría más del facebook y mierdas similares que no del google earth. Además, los satélites llevan ahí arriba espiando a la gente años.... y tienen capacidad en teoría para enfocar una moneda de euro, así que...
Menudos coches, no? Si hubiera visto uno de esos me acordaría, sin duda... por muy despistada, borracha, dormida o las tres cosas que estuviera XD
Iba a buscar ahora mismo la calle de mi trabajo a ver si me veo, que estoy sentada frente a un ventanal muy amplio. Pero me ha dado mucho yuyu ¿qué pasa si me miro hacia fuera y me encuentro conmigo misma? Ay, ay, no quiero ni pensar en las consecuencias...
yo seguro que estoy, aunque no me suena haber visto esos coches...
eso sí, me preocupa un poco que cuentes y griegas...
Bueno, Franziska, a mí RD2D2 y C3PO me parecen inofensivos. Más miedo me dan los humanos. Gracias por la felicitación y por esta tu primera visita.
Irre, me acuerdo, me acuerdo. Lo que no termino de entender es que estuvieses tan tranquila. Yo no pegaría ojo. Un beso.
Es que Zaragoza es una ciudad pequeña, pero Madrid... Y dejemos el tema del calvo, Belén. Besicos.
Me temo que estoy perdiendo facultades. Con lo que a mi me gusta activar tus paranoias, wen.
Haces bien, Pati(o). El universo podría plegarse sobre si mismo.
Peor sería que me pusiese a contar historias de la puta mili, Géminis.
Náufrago, creo esas manchas difuminadas no son por las caras...
Es que los de Sony lanzaron una cámara con detector de sonrisas, pero las de google incorporan detector de calvos.
Y claro, cómo son robots, un calvo es un calvo... sea de la parte del cuerpo que sea.
¡Y difuminazo en el calvo!
Besos
¡Es que hace 3 meses que no vivo donde el mirón, jeje!
Trasto, pues debe ser que finalmente todos calvos, y el Google es capaz de detectar a los calvos escondidos bajo un peluquín, porque difumina todas las caras. Alta tecnología. Besos.
Irre, pues eso no era ni mirón ni na... un buen mirón no deja de mirar simplemente porque te mudes.
Y a mi que esto no me parece del todo legal oye...
A fin de cuentas uno debería poder tener control sobre las imágenes en las que aparece ¿no?
A mi me parece que me hicieron una foto en el metro unos veinteañeros, a saber dónde estará ahora...
Besitos
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