martes, 3 de noviembre de 2009

Números


Llevo dos días seguidos quedándome dormido. Dos días seguidos sin oír el maldito (por siempre maldito) despertador. O no lo oigo, o no quiero oírlo.

A pesar de ello, llevo dos días seguidos levantándome a la misma hora: las 6:59 a.m.

Abro los ojos, miro el reloj, y pienso: las 6:59... me he dormido.

Si mañana, cuando abra los ojos, el maldito (por siempre y siempre maldito) despertador marca por tercera vez las 6:59, pensaré que es una señal, y empezaré a comerme la cabeza.

Hasta entonces no pienso darle vueltas al asunto. Después de todo, no son más que números.

Con la trilogía del Parque de Atracciones pensaba que iba a alcanzar las cifras que el malogrado Stieg Larsson ha alcanzado con su trilogía de Millenium. Pero no en ventas, en visitas. En visitas, y en comentarios. Millones de visitas, y millones de comentarios.

Pero no ha sido así. Más bien todo lo contrario: con la Trilogía del Parque las visitas y los comentarios han disminuido, lo que, siendo sincero, me ha desanimado como bloguero.

Pero bueno, seguiré con el blog. Después de todo, no son más que números.

Mucho me temo que el número de mascarillas que han tenido que utilizarse en los últimos días en los centros de salud ha desbordado las previsiones de Sanidad. Y, con seguridad, también sus presupuestos. Si la semana pasada en el hospital te daban una mascarilla 2.0 (semirígidas, con una placa metálica bajo la nariz que no sé para que demonios sirve, y una goma elástica de calidad, de las que no rompe ni la mayor de las cabezas) esta semana, en cambio, las mascarillas son versión principios del siglo pasado. O peores. Un trozó de papel, con dos débiles gomas elásticas que se enganchan a las orejas. Si no tienes orejas, te jodes.

Me pregunto a cuánto se está pagando el kilo de mascarillas, y quién cojones se estará forrando con este tema.

Pero bueno, seguiré tapando mi cara sin nocturnidad, ni alevosía. Después de todo, no son más que números.

Ayer debatía con mi amigo el Señor K. sobre esto de las redes sociales. Facebook supera ya los 300 millones de usuarios (ponlos en fila), pero ni él, ni yo, tenemos cuenta en Facebook. Ni en Facebook, ni en ningún otra red social. Para que negarlo... nos acojona.

Pero, a diferencia de mí, al Señor K. si le gusta darse una vuelta de vez en cuando por las redes sociales. "Navegar por ellas es como sentirte James Stewart en La ventana indiscreta, pero sustituyendo los prismáticos por el ordenador", me decía el Señor K.

Y es cierto, sólo que además de sustituir los prismáticos por el ordenador sustituyes también un puñado de ventanas de cristal por 300 millones de ventanas formadas por hasta 16,7 millones de colores.

A mí, personalmente, me acojona. Pero bueno, después de todo, no son más que números.





[Gracias al Señor K. por el enlace al vídeo]


16 mensajes en la botella:

Belén dijo...

Aquí son las 6:58... estás despierto?

;)

Besicos

Irreverens dijo...

¡NÁUFRAGO: LAS 9:19H, LEVÁNTATE YA!

Ahora no sé si quitarme del Feisbuc o no...

Es cierto que sólo son números pero algunos abruman bastante.

Wen dijo...

Ya se que no soy el mejor ejemplo, pero a mí la trilogía del parque me gustó un montón. Últimamente hay pocas visitas en todos los blogs... estamos todos vagoncios perdidos o demasiado ocupados.. anda un poco paradillo todo.
Yo tampoco tengo cuenta en ninguna red social, pero no porque me acojone ( que un poco tb), sino porque es que no me llama nada la atención... no le veo el aquel.
Hay números abrumadores, tiene razón Irre, por ejemplo... dentro de un par de meses en mi vida entrarán los 29.....tremendo.
Otra cifra abrumadora es la cantidad de veces seguidas que se puede llegar a escuchar esta canción (http://www.youtube.com/watch?v=sFb9UqELX8w ) en un solo día... eso sí que asusta...

Irreverens dijo...

¿29 años? ¡Buuuhh, fueraaaa!
XDD

Donde estén los 38, que se quiten todos los demás, jijijiji.


Y sí, Wen tiene razón. Está la blogosfera un poco ralentizada. Pero ya se sabe. Hay épocas de todo tipo.
:)

Carlos Añejo dijo...

Despierto, y llorando, Belén. Odio ser un bípedo implume.

Que me levante... Si estoy reunido, Irre. Y dicen los de Calidad que quién es esa loca que grita que son las 9:19.

Si... Wen... 29... ¡tremendo! (Gracias por el vídeo)

¡Fuera!

Irreverens dijo...

¡Qué bien! Alguien me ha llamado loca.
:)

¡Buuuh, fueraaa!

Wen dijo...

Iros al pedo los dos XD

estilografic.blog dijo...

En el debate de la edad no pienso entrar porque no me da la gana y punto, pero por lo demás te diré que en cuanto a la famosa trilogía, confieso que a mí me has pillao en unos días en los que he estado pelín ausente del blogosferio, pero prometo ir leyéndola poco a poco en lo sucesivo.

Y en cuanto a las redes solciales, es que me da una pereza tremenda el tema.

¡Despierta, leches!

marisa bop dijo...

Yo es que soy de letras puras y siempre me he empeñado en negar la existencia de los números. Pero aquí me tienes, con 500 códigos pin y punk como casi todo hijo de vecino.
Las redes sociales o no las entiendo o es que no le pillo yo el aquel.
Que sepas que sigo yendo por el Parque y noto que Tarzán se aburre y la niña del Exorcista está mucho más desmejorada.
Voy a terminar por desgastar el Bonoparque.
Un beso.

Mary Achique dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mary Achique dijo...

¿Qué sentido expresar la edad en números si siempre podemos sentirnos jóvenes?
¿Qué sentido tiene contarse entre los números de una red social si al final lo que tiene más sentido al conocer a una persona es compartir cara a cara?
Para mí, lo verdaderamente sensato no tiene un precio expresado en números.
Un saludo peregrino (de alguien que siempre busca tocar tierra firme).

Anhónima dijo...

Si llega usted a mencionar los “números rojos” me pongo a llorar.

No me gusta contar, me gusta perder la cuenta.

Y las redes sociales… ¡ay! la de mascarillas que nos ahorramos y la de con- con- ¡qué me dé alguien en la espalda por favor, que me atasco!

Me voy, que la vida se nos va “antes de que cuente diez” tararara rara; tararara rara…

¡Qué entrada más otoñal!
Un saludo ¡muy!

argonauta dijo...

Hola, Carlos.
no subestimes los números, muchos expertos en cabalística te meterían una explicación lógica a tus inquietudes.
opino lo mismo que tú con la secta esta de facebook... acojona! huevo y medio!
te imaginas encontrarte de repente con todas tus ex-amiguitas?

acojona!!

no flaquees, sigue escribiendo.

los viejos blogueros nunca mueren...

yo he tenido algún que otro vacío mental ultimamente, pero GAZMI, ha vuelto acolarse en mi subconsciente y me ha dado noticias frescas

una abraçada

http://blogs.que.es/1328/posts

Elena Casero dijo...

Mira ¿ves por donde? yo soy de las vagas que apenas me muevo por los blogs. Y muchas veces me apetece cerrar el mío porque ... ya sé que son números pero, me canso.

El principito dijo...

De todos es sabido que a los mayores les gustan las cifras...

No les importa que digas que tu pizza es deliciosa, quieren saber cúantos gramos de queso le pones, cuantos minutos la dejas en el horno, o cuantos millones de pizzas se hacen en el mundo por minuto.

Para ellos las preguntas importantes son ¿cuanto vale? ¿cuanto pesa? ¿cuanto mide?

Bah... nunca entenderé a los mayores. Se creen saberlo todo en cuanto saben las cifras.

Carlos Añejo dijo...

Y los muchachos del barrio le llamaban locaaaaa...

Wen, no se dice pedo, se dice peo.

La pereza es un pecado capital. Vas a ir al infierno, Estili.

Los de letras no están exentos de vivir con números, Marisa. Eso sí, con números escritos en letra, no en números.

Por mucho que queramos sentirnos jóvenes hay una cosa que está clara, mente peregrina: las ayudas por ser jóvenes, aquí te las dan por ser menor de 35 años, no por sentirte menor de 35 años. Gracias por esta tu primera visita.

Para perder la cuenta es condición indispensable empezar a contar, Anhónima. Números rojos, números rojos, números rojos...

Los viejos blogueros son inmortales, David... a no ser que les cortes la cabeza con una espada escocesa, claro. Una abracadabra.

Pues si te cansas es mejor que descanses... que no es sinónimo de cerrar, Elena.

Principito, principito... Que los niños, cuando llegan reyes, quieren 3 regalos... no dos, ni uno... 3 uno por cada rey. Si eso no es contar....