lunes, 11 de febrero de 2008

Particularidades



En este universo que nos ha tocado en suerte cada partícula tiene su correspondiente antipartícula, con la misma masa, el mismo spin, pero distinta carga eléctrica. La antipartícula del electrón, por ejemplo, es el positrón.

Cuando una partícula se encuentra con su antipartícula y entran en contacto los dos desaparecen en un destello de energía. Es lo que se conoce con el nombre de aniquilación partícula-antipartícula. De una aniquilación partícula-antipartícula puede llegar a nacer una nueva partícula.

Todo esto viene a cuento de que esta mañana me he encontrado con mi antiyó en uno de los pasillos del metro. Cada uno iba por un lado del pasillo. Supongo que más por una cuestión de cargas que de costumbres sociológicas. Por cierto, mi antiyó tiene más masa que yo, sobre todo en la barriga, y seguro que su spin es alquilado. Pero bueno, no seré yo el que ataque a mi antiyó. Aunque no puedo decir lo mismo de él.

Nos hemos mirado sorprendidos y, tras unos incómodos segundos en los que ninguno de los dos ha hecho o dicho nada, yo le he sonreido y he levantado la mano a modo de saludo. Era nuestro primer encuentro, así que un poco de amabilidad siempre viene bien para romper el hielo. Él, en cambio, ha fruncido el ceño, me ha apuntado con su dedo índice, y ha echado a correr tras de mí.

Qué cabrón.

Tras varios pasillos corriendo como taquiones desbocados he conseguido darle esquinazo al llegar al andén. Yo, de un vuelo corto pero certero sólo apto para supermanes y pajarracos, he conseguido entrar dentro del tren en el momento justo en el que se cerraban las puertas. Y él se ha quedado fuera. No ha conseguido tocarme y, por consiguiente, destruirme. Y él no debería olvidar que con mi huida no sólo he salvado mi vida, también he salvado la suya.

Eso sí, un buen corte de mangas mientras me alejaba no se lo ha quitado nadie. Me lo he ganado a pulso.

Siempre he pensado que en mi dualidad partícula-antipartícula yo tendría la carga negativa pero, vistas las tendencias suicidas de mi antiyó, no me queda más remedio que pensar que tal vez yo sea la parte positiva de este binomio.

O tal vez sucede que mi antiyo es muy curioso y le gustaría saber que nueva partícula nacería de nuestra destrucción. En ese caso le diría a mi antiyó que la curiosidad no tiene por qué matar a nadie más que al gato de Schrödinger.

Y para terminar recordarte, querido lector, que tu antitú anda por ahí, buscándote, deseando entrar en contacto contigo

Y tal vez corra más que tú.


15 mensajes en la botella:

Kt. dijo...

.

Me tocará andar con zapatillas siempre, porque los tacones no dejan maniobrar mucho :))

Saludos

Irreverens dijo...

jijijijii, esta entrada me ha encantado, Náufrago.
:)

¿Por qué crees tú que corro maratones?
:P

Besos

wen- dijo...

A mi no me ha quedado claro del todo. Se supone que tiene que pasar tarde o temprano y hay que tratar de evitarlo para el resto de tus días o puede ser que nunca te topes con tu antitú? Creo que por si acaso voy a ir a comprarme una pistola, que seguro que mi antiyó corre más.
Por otro lado si he sobrevivido 27 años desconociendo el tema del positrón me quedo más tranquila la verdad, démosle un voto de confianza a la estrella y al libre albedrío.
Con lo del gato si que me he quedado medio gilipollas y no paro de darle vueltas... voy a buscar más infmación al respecto a ver.
Qué cabrón
Ah, uf... a mi tb me ha encantado este post. Me ha dejado una sonrisilla y una serie de posibilidades muy emocionantes :) gracias

Evinchi dijo...

No hay peligro, mi antiyo soy yo misma infinidad de veces, lástima que no me tenga controlada.


Besitos.

tootels dijo...

joooder.. qué bueno tío... me has ganado del todo... si de verdad eres una partícula hipotética que se mueve a velocidades superlumínicas, necesito tener vete a saber que aparato superloquesea para poder verte cuando te echas a correr... lo del gato, que no está ni vivo ni muerto es simplemente... incoherente?...
En caso de que me encontrara con mi antiyo, sabiendo que está formado por antimateria, me haría pensar que yo soy un superhéroe, al menos eso pasaba en los comics de la marvel.. un malvado que entraba a través de la no materia atacaba a Red Richards, y tal y lat( vea el lector que lat es la anti... bueno qué te voy a explicar..)

no nos toquemos los taquionesss...

Anónimo dijo...

A mí me parece que llevo a mi antiyo incorporado. A lo mejor por eso cuando corro me canso tanto...

Anónimo dijo...

No me nombres a ese gato, que me trae por la calle de la amargura. Intento entenderlo, y aunque creo que lo consigo dicen que no has entendido una cosa mientras no sepas explicarla, y yo no sé explicarla, no sé si me explico.

wen- dijo...

Pues vitru, te iba a pedir que me lo explicaras a mi, pero casi que no. Yo de todos modos, he perdido la esperanza de entenderlo desde que leí lo de stephen hawkins... pfff,menudo pique más tonto con el gato de los coj...
Te habrás quedao agusto Náugrafo.

Anónimo dijo...

Tu antitú es un cabroncete...

Mi antiyo supongo que también, pero como no nos hablamos, ni me entero.

Cuando se empeñó en realizar el movimiento contrario al que yo hacía, decidimos separar nuestros cuerpos y mi antiyó se fué a vivir con su propio anticuerpo a las Antípodas, que es lo que debe hacer un buen antitú.

Tu antitú es un cabroncete...

Besos, a tu tú.

wen- dijo...

Trasto eres un genio camuflado, a que sí?

Anónimo dijo...

ostras¡¡¡ y cuando te encuentras con tu antiyo y chocais es como una gran explosión, un gran orgasmo cósmico????? BUENO, pues si hay que morir así que sea con mucho placer, no???? Besitos. Por cierto, que cosas te pasan en el metro. A mi solo me pasan cosas banales como que me intenten atracar, que me empujen, que me quiten el sitio... que monotonía de vida, joder

estilografic.blog dijo...

Pues yo me llevo muy bien con mi antiyó. Nos respetamos y punto. Cada uno hace su vida y punto. Él tiene un chalé en la Moraleja y punto. El tiene mucha pasta y punto. El tiene un Audi A8 y punto. Él es un idiota y punto.

Rodros dijo...

Yo a mi antiyó le he visto en el cartel de una película. Despertó en mí sensaciones inimaginables. Aquí está la entrada que le dediqué a mi doble

Carlos Añejo dijo...

Kt, piensa que si tú llevas tacones lo más seguro es que tu antitú también los lleve, y viceversa... ¿no?.

Si ya sabía yo que alguna razón para hacer esa locura tenía que haber, irre. Besos.

De nada, wen, me alegra que te haya gustado.

Evinchi, si ya metemos el termino infinito en este pandemónium cuántico la hemos jodido. Besitos.

Tootels, estoy de acuerdo contigo. En todo. Pero principalmente en lo de que no nos toquemos los taquionesss...

Patio, a ver si lo de cansarte cuando corres va a ser porque corres...

Vitrú, digo yo que de traerte te traerá por el callejón del gato, ¿no?.

Wen, no te creas... todavía tengo más dentro.

No sé... tal vez yo sea mi antiyó y entonces el que es un cabroncete no es él, soy yo, que no soy yo, soy él.

Murron, eso que te pasa a ti me pasa a mí en la vida real, por eso tengo esta otra, para poder hacer que me pase lo que me pase por los pasables.

Ya podía ser tu antitú una antitú... quiero decir, con todo eso menudo braguetazo.

Vaya, Rodros, parece que compartimos paranoias cuanticas. Lo tuyo, la verdad, es que acojona más porque tienes pruebas gráficas.

Gracias a todos por vuestra visita y vuestros comentarios. Es un placer que seais lectores de mi blog. Y ya si convenceis a vuestros antivosotros para que también me lean y comenten pues ya ni te digo... la repera... duplicando las visitas y los comentarios sin necesidad de conocer gente nueva, que yo soy un tío muy antisocial, que sólo me trato con partículas elementales.

Anónimo dijo...

El mío, día a día me vacía, y tras la lucha, cuando creo que ha acabado conmigo, comienzo a llenarme de nuevo.
Así es como, una vez al mes, doce veces al año consigo estar colmada, realizada, completa y rebosante.
Tras el día siempre llega la noche. ;-)
Besos, hoy mañaneros
12Lunas