Hubo un tiempo en el que tener una tarjeta Visa o MasterCard Oro era símbolo de riqueza y poder que, según parece, son un matrimonio que siempre van juntos de la mano... que bonito es el amor... pero que gonito, gonito.
Ibas a un restaurante a cenar, a un buen restaurante, de esos que no se pide bocadillo calamares y ración de bravas, para impresionar a tu chavala, y cuando ibas a pagar sacabas tu tarjeta de débito del Caja Madrid y la dejabas en la bandejita, toda verde, toda acojonada. Y entonces, en la mesa de al lado se abría un cartera y aparecía una Visa Oro, y el mundo se paraba, y trompetas celestiales surgían del techo, y una luz brillante envolvía a los comensales, y el camarero... perdón, el chef, que ya hemos dicho que era un restaurante de no tomes pan y mojes, que cogía la tarjeta y entonces el mar se abría para dejar paso a la Visa Oro hasta la caja registradora prometida, donde llegaba como un Moisés seguido por sus fieles tarjetas de débito.
Entonces tu chica miraba la Visa Oro, te miraba a ti, y ponía ojos de "contigo pan y cebolla" y el mundo era cascada de colores, y la vida era hermosa, y que bonito es el amor... pero que gonito, gonito.
Pero ahora cualquiera puede tener una Visa o MasterCard ORO, cualquier muerto de hambre, cualquier milungui. Yo mismo me he encontrado una a mi nombre, y sin pedirla, en mi buzón. De una entidad bancaria en la que no tengo cuenta pero que me financión la compra de un colchón. Y no era de esos de Lo Monaco, que son de mucho nivel, era un buen colchón pero era un colchón de tarjeta de débito, si acaso de Visa Plata, pero no de Visa Oro.
Desde que he recibido la MasterCard Oro no puedo dormir. Es como si en lugar de un guisante verde, que era lo que yo tengo bajo el colchón, tuviese un lingote de oro.
Creo que voy a devolverla, además, no tengo más sitio en la cartera para nuevas tarjetas, tendría que quitar la del videoclub y con lo que a mi me gusta ver las pelis de romanos, o gomanos, tumbado en el sofá abrazado a una mujer creo que le van a dar por donde amargan los pepinos a la MasterCard Oro.
Que bonito es el amor, pero que gonito, gonito.
publicado originalmente en Pandemónium el 15 de julio de 2005
13 mensajes en la botella:
¿Y la MasterCard Oro provoca problemas de dicción?
No lo sabía.
Yo por no tener, no tengo ni tarjeta imagina....
Besicossssss
Lo más bonito del amor es llamar a tu chavala, decirle que en una hora pasas a buscarla y que se ponga zapatos cómodos.
Pasar a buscarla y llevarla a un bar de esos de bocata de calamares y ración de bravas.
Degustar semejantes exquisiteces tranquilamente con una clarita fresca...
Y a la hora de pagar agarrarla de la mano y salir por patas!
¡Que bonito, dios!
¡Pero que bonito!
Besos
PD: Perdón, quise decir gonito....
Donde esté el romanticismo del dinero en el calcetín....
Besitos.
MILUNGUI??? JA JA JA .. CREÍA QUE ERA MINDUNDI.. PERO PANDEMONIUM SABRÁ... ya se me ha colao la mayúscula.. nchts!!..
Bueno pues es lo que ocurre ene esta sociedad... vas a comprar el pan, te dan un papelito para ver si te toca una cesta de navidad y ya estás subscrito en la revista harinas y amasijos... me parto.. cuidadito con lo que se relena.. y más aún si es por internet.
p.d._ y el amor gonito,de humanos... goonito de goonies.
p.d._ libedad a brdian!!
Pues no ligo el tema romanticismo con el tema tarjeta oro ( tengo que reconocer que no se bien cual es la diferencia entre una tarjeta normal y una oro, pero vamos, que no me lo expliques que me da lo mismo, si he llegado hasta aquí son saberlo, creo que sobreviviré del mismo modo)
Si se la diferencia entre una normal y una de crédito, eso lo he aprendido: La normal es tu dinera, la de crédito es el dinero del banco. La normal tiene las letras normales, la de crédito en relieve.
Eh? qué te parece? como domino el tema, eh? Me lo aprendí hace poquito XD
Se sobrevalora mucho el tema del dinero unido al romanticismo yo creo, eh?
Hay gente que ni en un bunlaow de esos de lujo en medio del pacífico podría tener un momento romántico. Y yo por ejemplo donde veo mucho romanticismo en el cesped de los parques fíjate... gratis total XD
Que no se une el dinero con el romanticismo ni con el cariño joer, que eso es muy triste coño.
Estoy con Wen. (Por lo del romanticismo y eso)
:-)))
Ainssss, a mi no me mandan ná de eso. Pero estoy contigo, yo tampoco tengo sitio en la cartera para más tarjetas. A saber: Las cinco tarjetas sanitarias (sí, cinco, menda, marido y tres vástagas) y las de familia numerosa, la travel, la del Día, la del carrefour..... Si es que... lo dicho, falta espacio.
Irre, problemas de dicción no sé, pero de adicción me temo que sí. Sobre todo en Navidades y en rebajas.
Belén, con dos cojones.
Trasto, como ese libro de poemas que robamos en un arrebato de infección sentimental... ¿te acuerdas?.
Y la erótica, Evinchi, que ese calcetín las damas lo guardaban entre las tetas.
Tootels, always look on the bright side of life.
Wen, no termino de entender tu comentario. Pero es culpa mía, que hoy estoy espeso. En cualquier caso más que sobrevalorar el tema del dinero unido al romanticismo yo lo que creo que se sobrevalora es el tema del amor unido al romanticismo. Creo que el romanticismo ha sido malentendido por la Humanidad. Sobre todo por la parte de la humanidad que tiene tetas.
Esti, si terminase de entender que me ha querido decir wen yo tambien estaría con ella. Seguro.
Vitru, la del carrefour es sagrada. De las demás tendrás que sacrificar una. Como en la Decisión de Sophie.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
¿Me has llamado Esti?
jajajaja
Bueno, a ver, vuelvo a estar con Wen por lo del comentario sobre lo de la humanidad con tetas.
A mí me parece que el romanticismo malentendido es algo que nos han vendido-impuesto a través de la música, el cine y las novelas rosas (tan características por otra parte de los EE. UU., sobre todo).
A mí me ha gustado mucho el post.
Y sobre el romanticismo y las tetas no opino, que yo escucho la palabra tetas y ya me pongo nervioso.
Pues si. Ahora es el continúo ataque de las tarjetas de crédito a domicilio. No hay dia que no encuentres una en el buzón. Al principio yo miraba para todos los lados, por si había una cámara oculta o algo parecido. Pero no. Ahora me he dado cuenta de que las tarjetas solo nos las dan a los pobres para hacernos tener la falsa idea de que manejamos pasta. Es dinero de pega. Tu usas y usas y usas la tarjetita y luego te encuentras un número rojo enorme en la cartilla y a un señor muy cabreado llamandote todo el tiempo por teléfono invitándote a pasar por no se que banco. A mi lo que ahora me impresiona es ver a alguien abriendo una cartera y pagando en efectivo, sacando muchos billetes, porque son como animales en peligro de extinción. Yo hace que no veo un billete ni se sabe los meses. Besos
Sí, es cierto, Irre, pero no deja de resultar curioso que las víctimas de esa venta-imposición hayan sido la parte de la humanidad que (Clandes, tápate los oidos) tiene tetas :-P
Gracias, Clandes.
Murron, ¿qué es un billete?. Besos.
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