lunes, 3 de mayo de 2010
Días de vino y rosas
Con los corchos de las botellas que la marea llevó a la playa se hizo una balsa con la que abandonar aquella solitaria isla. En medio de la inmensidad del océano, el náufrago echó de menos aquellos días de vino y rosas.
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6 mensajes en la botella:
¡Hola!
¡Qué bonito!
¡Qué romántico!
¡Qué …hip!
¡Un cuento así, no se cuelga un lunes; se cuelga un sábado por la noche!
¡Salud!
No me extraña.....
El sábado no es día de blog, Anhónima. Y menos el sábado noche.
Y menos este sábado noche.
Yo creo que al final todo termina extrañando, Wen... o estreñido.. o...
No sé...
Con los corchos de las botellas que la marea llevó a la playa, Dominga se hizo un collar, una pulsera tobillera y unos pendientes para enamorar al Náufrago... y al Náufrago ni siquiera se le pasó por la cabeza abandonar aquella isla.
Besos
PD: Es que esto de la primavera... me altera, me altera.
Trasto... cuando lo lea Dominga me va a decir que quite el mío y ponga el tuyo... así, como se pone ella, con un brazo en jarras, y un coco de esos duros en la otra mano.
Y con el pie haciendo tap tap tap tap...
Tienes una forma de ser romántico que me encanta.
:)
(Espero que Dominga no ande ahora con ningún coco a mano...)
:P
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