jueves, 8 de marzo de 2007

Disuelvase, está cayendo en un acto marrano.

Mi experiencia nudista matritense ha sido un auténtico fracaso. Y en este punto volvemos al eterno dilema que les carcome a los náufragos desde que el mundo es 71% agua: ¿ha sido consecuencia de la mala suerte o de mi torpeza?.

Por un lado tenía que haber previsto que me encontraría con una manifestación en la Puerta del Sol. Sí, lo sé, ha sido una torpeza por mi parte no tener en cuenta que si todos los días hay al menos una manifestación en la Puerta del Sol con toda seguridad me iba a encontrar yo en medio de una en el momento de desnudarme. Pero, ¿no es más cierto que con la cantidad de reivindicaciones que hay por hacer en los tristes y duros tiempos que corren que me toque justo una manifestación de Policías Antidisturbios Contra el Nudismo Gratuito (PACNG!) es tener toda la mala suerte del mundo?

Antes de terminar de quitarme el pantalón ya tenía veinte maderos abalanzándose sobre mí con cara de "te vas a comer los pantalones, tío marrano".

Los cien primeros metros los he corrido a la pata coja intentando quitarme los pantalones. Y si he enfilado por Preciados, tal y como tenía previsto en un primer momento, ha sido más una cuestión de casualidad que de planificación. Que yo soy incapaz de correr con los ojos abiertos y gritar socorro al mismo tiempo.

A la altura de El Corte Inglés he conseguido quitarme los pantalones y a la altura de la FNAC me he dado cuenta de que, aunque una panda de barrigudos con el culo gordo no me iban a coger, que más corre el náufrago por añejo que por náufrago, si es cierto que su puntería a la hora de lanzarme las defensas a los pies para trastabillarme y hacerme caer estaba mejorando por momentos, así que he decido pegar un giro de 90 grados y meterme dentro de la FNAC.

Y una vez dentro he subido a la sección de libros de bolsillo y me he escondido entra las páginas del "Hazañas del Capitán Carpeto", una novela de un tal Rafael Reig, donde me quedaré escondido alimentándome de sus palabras y bebiendo de las múltiples lagunas mentales que tiene el protagonista de la historia hasta que la policía abandone esta ciudad. Que nunca he visto yo antes tanto odio en unos ojos humanos. Joder.

Así que ya saben, si van ustedes a la FNAC, a la sección de libros de bolsillo, y al ojear un libro se encuentran dentro a un tío vestido tan sólo con unos calcetines naranjas, no se me asusten ni llamen a seguridad, que soy yo.

Y cierren el libro, que hay corriente.

4 mensajes en la botella:

Anónimo dijo...

Diossss!
Náufrago! Entendí mal. Creí que te ibas a desdudar!
Menuda mi sorpresa cuando te ví (con el hipermapa via satelite, ya sabes) corriendo con todas tus dudas puestas y toda tu ropa tirada...

Besos

PD: Te he dejado unos calzoncillos colgados en la "a" de "Capitán Carpeto". Son naranjas, para que combinen...

Nathalie dijo...

joer, con la policía, que no te deja expresarte ni ná... :P

PD: se te puede comprar?
besos

Anónimo dijo...

Ehh...Náufrago, aparta, que no me dejas leer la siguiente línea...( estos náufragos!!, te los vas encontrando en todas partes, y este va con calcetines naranjas y un beso también de color naranja!!)
Cambia de página, y date prisa, que hay corriente.

Carlos Añejo dijo...

Errr... Trasto... esto que me has dejado... mucho me temo que te has equivocado de bolsa... me has dejado un tanga... además, de esos que te violan por detrás.

¿¡Qué si se me puede comprar!?... ¡Pero Nathalie, ¿tú que te has creido que soy... un político corrupto (perdón por la redundancia)!?... No, no se me puede comprar, pero si me avisas con tiempo, y por ser tú, me meto entre las hojas de una publicación gratuita.

Crazy, la FNAC no es una biblioteca pública (aunque lo parezca)... deja de leer el libro ahí sentada en las escaleras de acceso al baño o abonalo en caja.

Besos a la una, a las dos y a las tres.