jueves, 22 de marzo de 2007

Esperpentomate


Ya lo dijo Chesterton: la aventura podrá ser loca, pero el aventurero debe ser cuerdo. En contra de lo que insinúan algunas lectoras, ni estoy loco ni voy a plantar marihuana en mi huerto. Bastante hambre pasa un náufrago como para encima ir por la vida fumando porros.

Lo que si voy a plantar son tomates. No es que sea un apasionado del tomate, aunque si es cierto que últimamente me estoy aficionando cada días más, y lo que no se puede negar es que la salsa de tomate es uno de los mejores y más aprovechados inventos de la humanidad. Sin ella no existirían los macarrones con tomate, ni los espaguetis con tomate, ni las espirales con tomate, ni los canelones con tomate, ni la pizza, ni el pisto, ni los huevos fritos con tomate, ni el arroz con tomate, ni el quetchup, ni la salsa barbacoa, ni el pan tumaca, ni la empanada, ni una larga lista de bondades entre la que entraría el que es hasta el momento el mejor invento de la humanidad: la salsa brava.

Dicen los más sabios (y los más glotones) del lugar que la salsa brava se inventó en Madrid, en el Bar Las Bravas (no se admiten discusiones al respecto si no van acompañadas de unas cuantas raciones de bravas en Las Bravas), sito en el callejón del Gato, un callejón prolífico en inventos ya que en él además tiene su origen, de la mano del genial Valle-Inclán, el género literario del esperpento. Y cuando digo de la mano de me refiero a la mano buena.

Así que, por el bien de la humanidad, por la conservación de la salsa brava como especie dominante dentro de la familia de las salsas especiadas (mamiferus salserus especiadus), como homenaje a Valle-Inclán y a su brazo amputado, y porque tengo una amiga a la que le encantan los tomates de esos que son todo carne de color rosita, casi sin pepitas, con aceite y sal, y nunca se sabe cuando se puede convertir uno en náufrago, y seguro que para mi amiga los naufragios con tomates son menos naufragios, y quiero que sepa que mis tomates son sus tomates, por todo ello, decía, plantaré tomates en mi huerto.

Y son los tomates los que están colgados, no yo.

Unas bravas del bar Las Bravas, con su salsita con número de patente 357942.

5 mensajes en la botella:

Anónimo dijo...

El tomate es la gracia del verano, el publicista de las ensaladas, el básico de patatas, pasta y arroz... la perfecta "engañaera" para camuflar cualquier tipo de viandas, para enriquecerla, para adornarla...
Además de eso, son humildes y sociables, que lo mismo se tutean con un queso de burgos cortado a taquitos, que con unas anchoas...

Viva el tomate!

Cuando crezcan tus tomates, hazme un huequecillo en la isla, que me voy. Al menos mientras dure la temporada de tomates ;-D

Besos de color rosa, casi sin pepitas...

Nathalie dijo...

¡¡Guate, aquí hay tomate!!

Perdón, se me ha escapado XD

Pues yo no conozco el bar Las Bravas, pero me han dado ganas de psarme a probar esas míticas patatillas con su salsita...umm... (qué hambre me está entrando...)

besos

Laura Pando dijo...

Uy, veo que han hecho mella las desafortunadas apreciaciones que alguna lectora inconsciente osó manifestar en unos comentarios de este magnífico y honorable blog en el que, por supuesto, toda alusión a cualquier tipo de estupefaciente queda absoluta y tajantemente fuera de lugar... :D
Dicho esto, me apunto a la idea de que cualquier náufrago con tomates es menos náufrago, ¿qué es la maría comparado con un tomate de "pata negra" con sal y un aceite de oliva espeso y verduzco?

Por cierto ¿Dónde dices que queda ese bar?

Un abrazo, sin colgar...

Eduardo dijo...

Hmm...

Por qué no plantas tomates y marihuana? Bravas + maría... podrías poner un bar y todo.



Estoy vivo (y sin colgar).

Carlos Añejo dijo...

Me parece increible que no conozcais Las Bravas... debería estar penado... debería estar prohibido... debería estar en la Calle de Alvarez Gato, si no lo han robado los saqueadores de tesoros.

Y... ejem... acepto esas disculpas de "cierta lectora inconsciente".

Gracias por vuestros comentarios... son la sal de mis esperpentomates.

Pd: Un huequecillo no, Trasto, te haré una cabaña en lo alto de la tomatera... para que no te ataquen los escarabajos peloteros.